Cesta de esparto musical

“El programa ‘Un país para escucharlo’ abrió la cajita de música olvidada que es Almería”

Tomatito y Ariel Rot, en una imagen del programa.
Tomatito y Ariel Rot, en una imagen del programa. La Voz
Javier Adolfo Iglesias
00:27 • 25 mar. 2021 / actualizado a las 07:00 • 25 mar. 2021

¿Quién no ha vivido de niño la fascinación al abrir una caja de música? Ese objeto que llenó de fantasía a los que al levantar su tapa sentíamos la magia saliendo de su interior. 



El programa ‘Un país para escucharlo’ abrió la cajita de música olvidada que es Almería para que dejara salir gran parte de sus joyas sonoras. Ariel Rot tuvo al mejor anfitrión en José Fernández ‘Tomatito’, con su natural espontaneidad y su duende a la guitarra. Y al genio almeriense de la guitarra y a su hijo José se le sumaron otros excelentes músicos almerienses, jóvenes y veteranos: la OCAL, las bandas Leone, Los Summer, Compro oro y Monte Terror y los solistas Albertina Barceló, Carlene Graham, Fino Oyonarte y Diego Cruz. 



En Almería, la naturaleza entera nos habla con música que escapa por entre las piedras, que llega sobre las olas o junto al viento. El programa supo plasmar esto y fundió nuestro paisaje con la música en unos bellos planos y secuencias rodadas en la Isleta del Moro, en el desierto de Tabernas, con el Cable Inglés o la Alcazaba de fondo. Ha sido importante para nuestra autoestima colectiva el comprobar cómo nos ven desde fuera, qué saben sobre Almería y su espíritu musical. 



El ex Tequila contó la historia de la guitarra Gerundina. Con ella, Raimundo Amador popularizó ‘¡Ay qué gustito pa mis orejas!’, una canción que compuso Pablo Carbonell en la costa almeriense. Otros tantos músicos se inspiraron también en nuestra tierra, desde Miguel Ríos a Quique González pasando por Rosendo. Otra canción con pasaporte indaliano es ‘Fiesta’, de los Pogues, que hace bailar a millones de personas por todo el planeta y a gritar el nombre de “Almería” sin saber localizarla en el mapamundi. Parecido a ‘Strawberry Fields Forever’. Fue reconfortante comprobar los frutos de más de veinte años de trabajo de difusión y ver que por fin se conoce que John Lennon compuso en Almería esta obra maestra de los Beatles. 



El Tomate recordó a ‘Antonio de Torres’, el ‘stradivarius’ de la guitarra. El excelente documental de Fran López y Raúl Navarro nos enseña que el constructor ‘cañaero’ vivió en la capital cerca de donde nació otro músico almeriense universal como es José Padilla. Por algún juego del destino, lleva el mismo apellido Juan Francisco Padilla, uno de los mayores concertistas europeos, como en su día fue Julián Arcas. ¿Qué ha pasado con el impresionante certamen internacional que recordaba a este músico almeriense que inspiró a Tárrega, Granados y Falla? Otro festival en el levante destapó a Diego Fernández, clavecinista del siglo XVIII célebre en las casas reales europeas. Y en Vélez Blanco, el festival de música renacentista y del barroco va camino de cumplir veinte años. Almería es música.  



Empecé como periodista aficionado en el año 84 entrevistando en un banco del Paseo a un pionero en España de la música electrónica llamado Juan Manuel Cidrón, aún en el tajo del sonido. Doy gracias al periodismo por haber podido ver resurgir el espíritu del Pub Georgia en Classijazz, un club digno de gran capital cosmopolita en una pequeña y apartada ciudad española. 



Los que necesitamos de la música para vivir, y seguramente para morir, le debemos tanto a todos estos músicos, los necesitamos tanto como Almería el viento de levante. Por eso fue tan importante ‘Un país para escucharlo’, porque estaban ahí todos: Manolo y los tarantos, los yeyés, Los Puntos, las bandas de los 70, de los 80 y de los 90 hasta las de hoy; David Miralles, Azurmendi, Bisbal, Pepe El Monstruo, los Antonios... los Teddy Boys y mi hermano mayor Chipo Martínez



Gracias a todos desde el alma de nuestro desierto.  En medio de la desolación que estamos viviendo fui inmensamente feliz el pasado diciembre en el Auditorio Maestro Padilla cuando gran parte de ellos, con Michael Thomas a la cabeza de la OCAL, tocaron a los Beatles de John Lennon.


Aunque Almería, más que una caja de música, sea una cesta de esparto secado por el sol, o precisamente por eso, nuestra tierra nos hace sentir la magia sonora que lleva dentro.


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