Más disparates sobre la Plaza Vieja

Antonio Felipe Rubio
07:00 • 20 dic. 2019

Existe una teoría no escrita sobre el éxito en política: la permanencia de un mediocre dirigente es directamente proporcional a la mediocridad que le rodea. Así, con Pedro Sánchez al frente de una formación política que ha logrado avergonzar y abochornar a un buen número de militantes, incluida alguna díscola baronía, es normal que exista un corifeo de asistentes y edecanes que dejan bastante que desear.


Alguien me dijo que el ahora dirigente local, Indalecio Gutiérrez, era el “contacto directo” de Almería con el PSOE de Madrid (Pedro Sánchez). Por tanto, queda inserto en los anales de la epistemología el efecto científico -ya probado en la praxis- del párrafo inicial. 


No se puede exhibir mayor grado de zafiedad para defender una causa, aunque sea de gran carga sectaria, como el enunciado en el “argumentario” para la defensa de la actual Plaza Vieja. La excusa “verde” de la amenaza de la tala de árboles esconde la verdadera intención de mantener en el mismo lugar el politizado Pingurucho de Los Coloraos. No se trata de proteger la frondosa floresta que atesta la citada plaza festoneada de ficus benjamina aduciendo la amenaza de un alcalde “talador” de árboles, pues es falso que se programe una tala, sino un trasplante de los ejemplares que serán ubicados en otro emplazamiento más acorde. Se persigue, como en otras ocasiones, el llamativo titular de haber logrado que el equipo de gobierno municipal recule en sus aviesas intenciones de llevar a cabo una iniciativa, aunque ésta sea objetivamente plausible.



El PSOE de Almería ha venido contabilizando innumerables iniciativas para hacer desistir de proyectos que se han visto cercenados al generar dudas, incertidumbres y catástrofes. Los motivos, siempre sobreactuados y artificiosos, no eran otros que evitar que nadie se saliese con la suya, salvo la discrecionalidad -siempre acertada- del PSOE. El caso paradigmático es el referido a la intención de instalar El Corte Inglés en La Salle. 


Hace unos años, cuando El Corte Inglés quería y podía, se realizaron las gestiones para adquirir las instalaciones de La Salle en la Rambla. El Corte Inglés quería comprar; La Salle quería vender y el Ayuntamiento se mostró proclive a la operación. O sea, las partes implicadas, todas, estaban de acuerdo. Pero, inmediatamente, la Junta del PSOE declaró Bien de Interés Cultural la fachada del colegio, haciendo difícil o imposible la ejecución de las obras, que quedaron muy condicionadas ante las limitaciones que impone la declaración de BIC. Además, el PSOE de Almería se inventó el argumento de la “desertificación de puestos escolares” y vaticinó un enorme caos de tráfico en la zona de influencia. Conclusión: pasaron los años; llegó la crisis; cambió la estrategia de ECI; se hizo el Hipercor de El Ejido… y si quieres Corte Inglés te vas a Murcia, Granada o Cartagena como más cerca. 



Otro tanto ocurrió con el Gran Plaza de Roquetas. La Junta del PSOE emitió un falso informe (Comisión de Comercio Interior) arguyendo incapacidad de Roquetas de Mar para asimilar un centro comercial de esas dimensiones, “no había demanda para tal oferta”. La verdad era que la Junta se lo tenía prometido a Vícar (ayuntamiento socialista) y que no tuviese la competencia en el municipio vecino, del PP.

Se han prodigado en jugarretas y trampas que han servido de moneda de cambio para la extorsión y el chantaje. Así lo demuestra aquella reunión en un restaurante de carretera en Antequera, cuando el PSOE pedía el apoyo de GIAL para ganar la alcaldía a cambio de “desbloquear lo que tenía bloqueado la Junta de Andalucía”; entre otras cosas, El Corte Inglés en la capital. 



La zafiedad de los argumentos para oponerse a la reforma de la Plaza Vieja supera aquella finezza pseudomafiosa para, ahora, instalarse en el disparate. La idea fuerza es que al alcalde le “molesta” ver un monumento erigido a la Libertad por no ser de un partido (PSOE) que sí tiene a la libertad, el progreso y la democracia como patrimonio exclusivo, y excluyente para los demás. Además, insiste Indalecio, se producirá un problema de sostenibilidad medioambiental al “necesitar aporte de energía para evitar convertirse en un horno”. O sea, que si quitamos los ficus será necesario instalar aire acondicionado. Dicho lo cual, nada me extraña que el enlace intelectual PSOE Almería-Madrid residencie en el citado semoviente.



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