Un almeriense que trabaja en el cuerpo técnico del Sevilla, Víctor Mañas, estaba ayer muy contento y dando saltos en el césped del Estadio de Turín. Víctor Mañas es un técnico al que Emery le echó el ojo en su etapa de entrenador rojiblanco y se llevó de la mano. Un trabajador nato y obrero del fútbol. Uno de esos que no paran y no hace ruido.
Víctor Maána ya tiene tu Europa League y nos alegramos mucho por él tanto como por, Julién Cuesta, el portero que nos prestó el Sevilla tras la marcha de Ustari. Un espigado granadino que será el más feliz a día de hoy en el vestuario rojiblanco. Seguro que pagará el desayuno o los invita a todos a comer.
Y como no hay dos sin tres también me alegro por Emery pero menos. Mucho menos, por su forma de celebrar los goles que sus equipos le marcan al Almería. Acepto que me digan CATETO por esto y no les voy a reprochar ni un solo adjetivo pero es que me enseñaron de chiquitillo a no escupir jamás en el plato que me dio de comer. Me explico, yo a lo largo de mi vida he trabajado en diferentes oficios y desempeñado otras labores distintas a las actuales pero: me llevo fenomenal con todos los que han sido mis jefes y a los que fueron mis compañeros de antes los adoro: los quiero como hermanos.
Hay que ser agradecido señores y si Emery cobra ahora del Sevilla esta muy bien que le meta tres al Almería pero: moderación Unai, moderación. Y el plato siempre limpio. Te quiero Unai.
A ti te quiero más, Víctor, muchas felicidades por tu éxito.