“Fuera seré David Bisbal; aquí seguiré siendo David”

El cantante, cálido y espontáneo, realiza un viaje sentimental por la memoria de su Almería

Evaristo Martínez
23:54 • 27 feb. 2023 / actualizado a las 16:39 • 28 feb. 2023

En los ojos del Bisbal que este lunes se dirigió a la ciudad que le acababa de nombrar Hijo Predilecto (representada en un palpitante Maestro Padilla, tan lleno de público como de cariño) brillaban todos los David que en él han sido —y son—, y que no siempre se dejan asomar a causa de las agendas frenéticas, los compromisos inapelables, los tiempos medidos, la corrección política adscrita a las entrevistas promocionales. Por eso, como si nadie estuviera pendiente del acto —más cercano a un homenaje a toda una vida que a un compromiso institucional—, como si aún fuera aquel chaval inquieto que comenzaba una carrera que ya suma dos décadas, el cantante soltó: “Yo seguiré siendo David Bisbal fuera. Pero aquí, en Almería, ya sabéis, seguiré siendo David”. 



Y así fue. Porque detrás del atril del que habló, con su flamante medalla de Hijo Predilecto al cuello y sin llegar a mirar unos folios en los que solo llevaba esbozadas un par de ideas, Bisbal fue más David que nunca: mucho más David, por ejemplo, que cuando sale en ‘El hormiguero’.



En Almería, cerca de los suyos, tranquilo en apariencia (“no estoy nada nervioso, pero sí muy emocionado”, confesó), frente al equipo de Movistar+ que le sigue para el documental que dirige Alexis Morante, ante Narcís Rebollo, presidente de Universal Music para España y Portugal presente en las butacas del Maestro Padilla, aparecieron los David que habitan en un artista que, más allá de filias y fobias, puede presumir de algo que pocos pueden en este negocio de la música: una nobleza forjada en salitre. Quizás este sea el truco para que no se haya derretido cual Ícaro tras tantos años bajo el calor de los focos.



Y esos David que conviven con el Bisbal de los Grammy Latinos y el del millar de conciertos, son el hijo agradecido, el marido feliz, el padre orgulloso, el artista agradecido. Y el de las ocurrencias simpáticas, el que se revela como un gran imitador, el gamberro que desempolva anécdotas, el enamorado de su tierra, el que tiene un espontáneo gesto de cariño con una pequeña violinista de la Orquesta Joven. 



También el David al que se le hace un nudo en la garganta al hablar de su padre, el campeón de boxeo José Bisbal Carrillo, y de las secuelas de su carrera deportiva que le han impedido acompañarle en este día. “El primer agradecimiento es para mi padre. Él, aunque sigue estando presente, ya no está: está en otro mundo completamente diferente, en el cual ya no nos reconoce a ninguno, solamente a Mari [María Ferre], a mi madre que la ama con su corazón. Me hace feliz que sienta estos aplausos”, dijo.



 



Entre mis recuerdos



“Miro hacia atrás y busco entre mis recuerdos para encontrar la niña que fui”, cantaba Luz Casal. Y algo similar hizo el artista antes de realizar un viaje sentimental por su Almería, una Almería que en estos 44 años desde que él vio la luz algo ha cambiado. 


Por ejemplo, cuando nació aún estaba operativa la vieja estación de tren, uno de sus rincones favoritos, según desveló, de esos que le llevan a viajar en el tiempo. “Me gusta mirar esas fotos antiguas de los almerienses recibiendo a mi padre como campeón de boxeo”, expuso. 


Fue el punto de partida a un paseo cargado de nostalgia: su niñez como alumno del colegio público Francisco de Goya (“ahí me enseñaron a no discriminar a nadie”); sus paseos por la ciudad, citando lugares como Marín Rosa o la Avenida de Vilches; los veranos “enteros” en primera línea de la playa de El Zapillo gracias a los madrugones de su tío Pepe, sus orígenes humildes: “Me hacía gracia escuchar a mi padre decir que iba a hacer un ‘chapú’ y recuerdo ver a mi madre en esa habitación de costura, la misma habitación en la que mi hermana María del Mar”.


Recordó también sus comienzos en la Orquesta Expresiones, donde ya empezó a ejercer como embajador de Almería, y su primer acto en casa tras salir de ‘Operación Triunfo’, con una firma de discos que se desbordó y que le obligó a saludar a sus seguidores desde la azotea de Carrefour.


“He vivido momentos muy bonitos, pero también tengo que decir que cumplir los sueños muchas veces tiene un coste muy duro y muy elevado. El mío ha sido vivir lejos de mi tierra”, confesó. Una tierra a la que sigue conectado por sus “pilares” familiares (sus padres y hermanos; su esposa, Rosanna Zanetti; sus tres hijos) de la que ya es Hijo Predilecto y que ayer volvió a sentir a Bisbal más cerca. Más David, más suyo. 



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