“Hay claramente un caso de censura”: la Santa Teresa de Paco Bezerra, cancelada

Más Madrid y PSOE piden la comparecencia de la consejera de Cultura en la Asamblea de Madrid

La Santa Teresa de Bezerra, censurada.
La Santa Teresa de Bezerra, censurada.
Álvaro Hernández
12:17 • 28 jul. 2022 / actualizado a las 20:00 • 28 jul. 2022

Santa Teresa ha vuelto. O, al menos, lo está intentando. El almeriense Paco Bezerra es el autor de 'Muero porque no muero (La vida doble de Teresa)', un monólogo que trae a la santa a nuestro tiempo para hacerla mucho más mundana de lo que nos han hecho creer en los últimos 500 años: obligada a prostituirse, convertida en yonki y compartiendo 'tetra brick' de vino con indigentes, la Santa Teresa de Bezerra llega al siglo XXI para renegar de la imagen que se ha construido de ella e indignarse al ver que su propia mano, esa con la que comió el pan en peor estado tras hacer voto de pobreza, luce ahora vestida de oro y piedras preciosas.



Y ese monólogo le ha dado a Bezerra una alegría y un disgusto. No en vano, ha ganado el XXX Premio Jardiel Poncela de Teatro que concede la Fundación SGAE y, pocos meses después, su estreno, previsto en los madrileños Teatros del Canal, ha sido cancelado por una decisión política que ha devuelto a la palestra un término más propio de los tiempos de Santa Teresa que de los actuales: censura.



"Nos han cancelado la obra para siempre en Teatros del Canal. Hay claramente un caso de censura", afirma rotundo el dramaturgo almeriense en declaraciones a LA VOZ. 



Tal y como narra el propio Bezerra (única versión hecha pública a día de hoy, ya que ni la dirección del teatro ni los responsables culturales de la Comunidad de Madrid han atendido a los distintos medios de comunicación interesados por este tema), la obra "se cae por unos motivos que, dicen, son económicos, pero eso no concuerda nada: decían que nuestra producción era la más cara, pero era la más barata porque teníamos unos fondos de Europa que suplían la mitad del presupuesto".



No obstante, la directora de Teatros del Canal, Blanca Li, "nos promete que el año que viene nos reubica en la programación para saldar los daños y perjuicios ocasionados por esta repentina cancelación de la obra a solo tres días de presentar la programación", cuenta Paco Bezerra. 



Bezerra cuenta a ese medio que, hace dos semanas, se pusieron en contacto de nuevo con Li para pedir información sobre esa reubicación en el calendario de Teatros del Canal cuando llegó la sorpresa: "Nos dijo que no puede reubicarnos, ni en esta temporada, ni en la siguiente, ni nunca. Que no tiene que ver con ella sino con sus jefes políticos, con la Comunidad de Madrid". 



A partir de ahí, las protestas elevadas por Bezerra han sido compartidas por el mundo de la cultura en un país en el que, como denuncia el almeriense, "se antepone una decisión política a una artística". 



"Es escandaloso. Decidieron ellos, los políticos, en un despacho de la Comunidad de Madrid, con Marta Rivera de la Cruz [consejera de Cultura de la región madrileña] junto a gente del Partido Popular y Vox. Y cuando vieron una obra de una santa que volvía 500 años después a la vida y caía en la droga y tenía que prostituirse, la quitaron", denuncia Paco Bezerra. 


Silencio en Madrid

Mientras tanto, la responsable de Teatros del Canal y la propia consejera de Cultura de la Comunidad de Madrid, guardan silencio. "Todo el mundo ha deducido por su propio criterio y juicio crítico que debajo hay algo. Y Blanca Li lleva 20 días sin atender a ningún medio de los que la ha llamado", explica Bezerra, que afirma que "Rivera de la Cruz también se niega a dar ninguna explicación. Están todos atrincherados, pero sí reconocen que todo apunta a que Li presentó una programación fuera de presupuesto, que se dieron cuenta tarde, y en una reunión en la que ella no estaba los políticos decidieron reajustar la programación".


El silencio político ha hecho que Santa Teresa termine apareciendo en el lugar más inesperado: la Asamblea de Madrid. No en vano, los grupos del PSOE madrileño y de Más Madrid han pedido que comparezcan ante los diputados regionales tanto Blanca Li en calidad de directora de Teatros del Canal como la propia Rivera de la Cruz, para esclarecer esa misteriosa caída de la programación de una obra premiada pero, al parecer, incómoda para algunos. 


"Eso se llama censura. Descuartizaron la programación a su antojo", sentencia Bezerra. Como escribió la propia santa, "la verdad padece, pero no perece".


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