Ginés Cervantes, decano de los pintores, publica a los 81 su primer poemario

La obra se titula ‘El mar y sus orillas’ y versa sobre su hijo y el pueblo de Cabo de Gata

Retrato de Gines Cervantes, que a los 81 años acaba de publicar su primer libro.
Retrato de Gines Cervantes, que a los 81 años acaba de publicar su primer libro. Luis Matilla
Marta Rodríguez
15:02 • 07 may. 2021 / actualizado a las 16:37 • 07 may. 2021

A los 81 años, Ginés Cervantes acaba de publicar su primer libro de poesía. Él mismo se asombra un poco de este nuevo camino que ha emprendido alentado por sus amigos. El decano de los pintores almerienses -al que muchos consideran un maestro- ha reunido una selección de los poemas que lleva años anotando en sus cuadernos. “Yo tenía dudas, porque soy muy perfeccionista, incluso más componiendo versos que pintando, pero lo cierto es que publicar me ha dado aún más ganas de escribir”, apunta.

La obra se titula ‘El mar y sus orillas’ y ha visto la luz al amparo de la editorial de Márgenes Arquitectura. Y sus versos, que están arropados por las oníricas fotografías de Lola Valls, giran en torno a dos temas que en realidad son casi el mismo: su hijo y el pueblo de Cabo de Gata. Porque fueron los problemas de salud de Antonio los que desencadenaron la necesidad de escribir cuando pintar era imposible. Y los paseos por Cabo hicieron el resto.

Cervantes evoca aquellos días en que el estado de “extrema debilidad” de su hijo y su bloqueo creativo como pintor lo hicieron aferrarse a la poesía. Él siempre había sido un buen lector. No en vano, se sabía de memoria la antología de César González-Ruano y había acompañado a su padre a "bares donde se reunían personas a recitar". Pero Ginés -siempre dispuesto a dejarse empapar de las nuevas corrientes- decidió desaprender todo lo que sabía para aprender de nuevo.






Ahí comenzaron los diálogos con el paisaje cabogatero, del que en el libro se proyecta una imagen casi fantasmal. “Mi estado anímico lo era, estaba muy afectado por el tema de mi hijo y hablaba con el Cabo y con las sombras. Hay una imagen de Valente que me obsesionaba: de un cuerpo en el mar. Me encontraba en un estado nervioso que no estaba muy alejado del mundo de la locura”, reflexiona con la perspectiva que da el tiempo.




Entonces, ¿qué es para usted la poesía? “Es una escritura que es capaz de entrar en nuestras entrañas, de darnos una especie de vuelco. Es sentir una tensión y una emoción que solo lo provoca ella”, improvisa a modo de respuesta a una pregunta inesperada.

Y así la poesía fue dando un vuelco silencioso en el interior de Ginés, llenando cuadernos y más cuadernos. Versos que a veces compartía con sus amigos artistas en alguna sobremesa. Hasta que llegó la propuesta de llevarlos a un libro llamado ‘El mar y sus orillas’.

Conexión pintura-poesía
Ginés Cervantes no lo ve, pero quienes entienden de esto aseguran que existe una fuerte conexión entre su poesía y su pintura. “Como pintor, soy expresionista. Pinto con las manos, soy visceral y me vuelco mucho. Y en los poemas también”, argumenta.

Él, que no se da mucha importancia, confiesa no sentirse ni decano de pintores, ni maestro de nadie -"solo fui profesor de instituto"- aunque sí admite que muchos lo llaman así. Por ejemplo Manu Muñoz, quien iba con quince años a verlo pintar a su casa de Cabo de Gata. "Él siempre me llama maestro, pero no lo soy en absoluto; Manu pinta de otro modo y me encanta lo que hace”, indica.

Lo que sí reconoce es que cuando llegó a Almería en 1979, “aquí se pintaban uvas, La Chanca y poco más” y, de algún modo, él contribuyó a acabar con eso. “Almería estaba en la orilla y yo actualicé el mundo en que vivíamos”.

La Generación de los 80
Ginés Cervantes pertenece a la Generación de los 80 -“una buena generación- y cultivó un gran amistad con casi todos los indalianos. Sin embargo, no tiene pelos en la lengua cuando se le cuestiona sobre si ha habido un relevo generacional a la altura. “Si te soy sincero, creo que los han superado y en buena medida las mujeres. Hay artistas como Toña Gómez, la propia Lola Valls, Pepa Satué y Sara Sanz, por lo menos seis o siete, con una altura tremenda”.

Sobre si Almería cuida a sus artistas, indica que es “algo controvertido” sobre lo que los creadores han debatido mucho. “Hace unos años se hizo una especie de encuesta sobre si éramos o no tierra de pintores y se llegó a la conclusión de que ayudas hemos tenido pocas, Fernando Barrionuevo, de la galería MECA, ha trabajado de forma incansable para que se nos tenga en consideración”, puntualiza.

Como a tantos otros, a Ginés Cervantes la pandemia le ha “echado el candado”. Recuerda con nostalgia los años de la Movida almeriense y cómo después el paso del tiempo lo fue encerrando. Lamenta no conocer a los artistas más jóvenes aunque a raíz de su libro ha decidido ponerse al día. Empaparse de las nuevas corrientes por enésima vez.

“Le he pedido a mi editor, el también poeta José Miguel Gómez Acosta, que me mande el nombre de autores jóvenes porque quiero sumergirme ahí. Me siento inquieto, no me siento viejo. Todos los días pinto y todos los días trabajo; es lo que me mantiene vivo”.










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