“El Teatro Cervantes es un espacio mágico, pero aún cuando está cerca de cumplir sus cien años de vida, no es fácil de programar tanto por su aforo, con solo 500 butacas, como por la falta de ayudas que provocan que cualquier espectáculo cueste el doble.
En el Cervantes tenemos que llamar al artista, a su representante y hasta a su familia si es necesario. Hay que convencerlos, que vean fotos de cómo está el teatro ahora y que comprueben que se han mejorado ostensiblemente sus instalaciones, hay que contarles la magia de este espacio, hay que hacerles ver que lo nuestro no es un negocio, que vamos a corazón abierto y que si se pierde dinero es un auténtico desastre, pero lo asumimos con la valentía de saber que ya vendrá otro con el que recuperemos.
No programamos lo que nos gusta, pensamos en el público, en la gente de Almería, lo que nos piden y lo que creemos que les puede gustar a un precio al alcance de todos. Procuramos ser originales, ir por delante, tratar de visualizar lo que dentro de seis meses o un año será tendencia.
Un ejemplo: cuando estuvimos a punto de cerrar a Rosalía hace dos años y no se hizo por un problema de coordinación de fechas. Pero la intención era la misma, ser los primeros en presentar a nuestra ciudad a una artista que después ha crecido de forma exponencial”.
Curro Verdegay, gerente del Teatro Cervantes y de Kuver Producciones
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