La Ruta Foodie de... Mar Abad: “El Kiosco Amalia tiene banda sonora italiana”

La periodista y cofundadora del pódcast ‘El extraordinario’ propone un itinerario disfrutón

Mar Abad, en la presentación de El Libro de Carmen Laforet en el Espacio Fundación Telefónica de Madrid.
Mar Abad, en la presentación de El Libro de Carmen Laforet en el Espacio Fundación Telefónica de Madrid.
Evaristo Martínez
21:00 • 11 jun. 2022

La periodista y escritora Mar Abad (Almería, 1972) vuelca en cada proyecto que emprende (y ya han sido unos cuantos en su trayectoria) su pasión por contar historias. Con ese mismo entusiasmo acepta participar en nuestra Ruta Foodie, un recorrido por aquellos establecimientos que, por un motivo u otro, considera imprescindibles cada vez que regresa a su tierra (lleva años afincada en Madrid).



"Creo que la comida da más de sí que solamente las tragaderas: la comida es cultura, amistad, compartir. Para mí eso es lo más bonito, todo lo bueno que hay alrededor", avisa. Una declaración de intenciones que completa con dos confesiones que marcarán el itinerario que propone: "Más que la comida en sí, me gusta disfrutar el ambiente de los sitios", dice en primer lugar. "Y soy muy golosa", añade.



Así que esta Ruta Foodie será especialmente dulce, y nos llevará a lugares en los que las palabras -de sus dueños, de sus comensales, de ella misma- se salpimentan con las propuestas de sus cartas. Allá vamos.



La lengua cercana



En la Ruta Foodie nos gusta conocer en qué andan nuestros protagonistas antes de meternos en harina. Y siendo la palabra tan importante en la vida de Mar Abad tenemos que comenzar hablando de periodismo. Una profesión que le ha dado importantes galardones (Premio de Periodismo Foro Transfiere a la comunicación científica, tecnológica e innovadora en 2022, Premio Don Quijote en 2020, Premio Nacional de Periodismo Miguel Delibes en 2019, Premio Internacional de Periodismo Colombine en 2018 y Premio de Periodismo Accenture, categoría Innovación, en 2017) y que sigue explorando: desde hace algo más de un año es directora editorial de 'El Extraordinario', sello de pódcast que cofundó junto a Marcus H.



"Hacemos nuestros pódcast originales, periodísticos, y también otros para instituciones, que no se difunden en medios pero que tenemos que trabajar exactamente igual: ordenando la información, divulgando, siendo lo más certeros posible", explica. Así lo hace, por ejemplo, en varios proyectos vinculados a la salud mental, "de formación de psiquiatras para psiquiatras o de psiquiatras para atención primaria".



Además, colabora con El Diario.es escribiendo sobre el lenguaje y con la revista Archiletras, publicación también dedicada a esta materia que acaba de convocar la primera edición de sus galardones, en los que ella estará como jurado. "Reconocen no solo el lenguaje en el ámbito periodístico sino que entran profesores, científicos,... Al final se trata de fomentar el amor por la lengua pero de una manera más cercana y menos académica que, por ejemplo, la RAE, que es como una torrecita de marfil, muy solemne".



Dos (nuevos) clásicos

Con ese mismo espíritu didáctico y accesible, la cofundadora de la revista 'Yorokobu' y autora de libros como 'Antiguas pero modernas' (Libros del K.O., 2019), 'El folletín ilustrado' (Lunwerg, 2019) y 'De estraperlo a postureo' (Larousse, 2017) marca como punto de partida de su Ruta Foodie un lugar que ya ha aparecido en esta secciónLa Goleta [Costa Miramar, s/n, Cabo de Gata, Almería].


"Es mi restaurante icono: voy mucho, muchísimo". Un establecimiento que le apasiona "por muchas cosas", comenzando por lo que ofrece en su carta. "La comida es exquisita: el ajoblanco, el gallo pedro..., y los postres: mi arquitectura de la comida empieza por el postre y en función de ellos voy eligiendo los platos", desvela.


Como apuntaba al principio, para Mar Abad la buena mesa no solo se caracteriza por lo que despliega sobre ella sino por lo que la rodea. "Me apasiona la cultura de los cafés, de las tertulias literarias: esos momentos de encuentro, de conversación, son grandes pilares sociales e intelectuales", recordando cómo alababan esos instantes Carmen de Burgos o Ramón Gómez de la Serna. "Son esas charlas que te hacen salir motivada, radiante y feliz. Y Manu [Muñoz], el dueño de La Goleta, es muy de juntar gente: ve que en la mesa de al lado hay alguien que es de Madrid, pero tú no conoces, y te lo presenta, y empiezas a hablar. La Goleta es un poco ese café tertulia que siempre he idealizado: un punto de reunión donde conozco a gente interesantísima".


Luego, claro, está el enclave. "Precioso, con vistas al mar de Cabo de Gata, que estarás conmigo que es el mejor lugar del mundo. Los que vivimos casi todo el año en una estepa, imagina cómo lo gozamos: algo que para ti puede ser cotidiano, lo veo como un lujo asiático". 


De La Goleta pasamos a su otro "punto de referencia": Salitre [calle Granada, 8, Almería]. "Te digo lo mismo: la comida me parece riquísima pero lo que más me gusta es la 'performance': vas y David [Calderón], como el flautista de Hamelín, te habla de ese vino y te quedas embobada y le dices: cuéntame más. Luego te va sacando platos e igual: por qué hacen así la ensaladilla rusa o por qué su curry es así. Te va narrando una historia, un poco como los cuentos de 'Las mil y una noches'. Y eso, como periodista, es algo que me encanta".


Y del salitre pasamos a las galguerías. O 'garguerías', que decía su abuela: así de bonita suena esta palabra en almeriense puro.


Dulce momento de tranquilidad

Mar Abad asocia lo dulce a la calma. Como la de una mañana soleada que la lleva a otro clásico de la ciudad: La Dulce Alianza. "Si es invierno, voy a la del Paseo [en el número 2, casi llegando a Puerta de Purchena]: me llevo el ordenador o un libro y trabajo mientras desayuno. Tienen un té rojo estupendo, riquísimo, y unas tostadas con tomate maravillosas. Estás en pleno Paseo, oyendo la gente pasar, los pájaros... Para mí, es un lujo de la vida".


Cuando llega el verano, cambia a La Dulce Alianza de la zona de La Térmica [Avenida de Cabo de Gata, 215]. "Es un ritual: me encanta pasear viendo el mar y luego tomarme un café batido en copa redonda, bien fresquito, granizado; me parece una delicia. Y luego vuelves dándote otro paseo, como una señora, junto al mar. Todo muy disfrutón, con mínimos: no necesito cuatro estrellas Michelin: me pones la playa y un café fresquito y es el Olimpo", exclama.




Hablando de cafés, y del que cada vez más presente en Almería 'café especialidad': Mar Abad cita Puzzle Coffee [calle de las Tiendas, 6, Almería], un establecimiento que abrió poco antes de la pandemia y que quizás aún no goza de la fama que sin duda merece. "El café está riquísimo y te atienden con una sonrisa, de forma encantadora, con generosidad. ¿Qué más se puede pedir?".


Muy cerquita queda el Kiosco Amalia [Plaza Manuel Pérez García, 10]. "Voy siempre porque me recuerda a las películas italianas de los años 50: en Nápoles aún te encuentras quioscos así. Ojalá hubiera más Almería y se recuperara esa cultura del espacio abierto, de tomarte algo de día en la barra o llegar ya de noche y tomarte un americano o lo que quieras. El americano está muy rico pero es la belleza del lugar: evoca esa Italia de las ropas bonitas, de la Vespa. Los lugares tienen que tener sus historias pero también sus bandas sonoras, y el Kiosco Amalia tiene una banda sonora italiana".


Otro habitual de sus recorridos por Almería es el Café Colón [Plaza Marqués de Heredia, 6, 8]. "Suelo coger chocolate caliente para llevar y me voy a pasear al Parque Nicolás Salmerón: es una de las grandes joyas de la ciudad que los almerienses no disfrutamos. Es una preciosidad, me entusiasman sus árboles y tener el mar cerca".


Vamos llegando al final de este itinerario. Y Mar Abad nos guía hasta el Mercado Central [calle Circunvalación Ulpiano Díaz, 14]. "Me gusta la cultura de comprar en el mercado, en Madrid siempre lo hago allí".


Una de las cosas que nunca falta en su casa es el pan. Y cuando anda por aquí suele pasar por La Chanata, un puesto de la plaza de abastos almeriense que regenta Cristina Merino. "Es un sitio muy pequeñito pero tienen de todo: desde magdalenas artesanales a panes riquísimos que traen de varios pueblos de la provincia. Uno de los pódcast que hice se lo dediqué al pan. Para mí no solo es comida: tener pan en casa, su olor, la hace más acogedora. El pan tiene su propio lenguaje", concluye.


¡Gracias por subirte en nuestra Foodineta, Mar!


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