Alivio de luto para el Almanzora

Hasta 15 hectómetros esta semana hacen que el el pantano de Cuevas deje de tener solo fango

La presa de Cuevas del Almanzora ha recibido agua después de muchos meses.
La presa de Cuevas del Almanzora ha recibido agua después de muchos meses.
Manuel León
23:26 • 23 may. 2023 / actualizado a las 08:00 • 24 may. 2023

Los regantes del Almanzora han recibido como agua  de mayo, esta vez de forma real y metafórica,  las lluvias caídas esta semana tras padecer uno de los periodos más dilatados de sequía en la última década. El  embalse de Cuevas ha sido el que más agua ha recibido entre los pantanos andaluces con un incremento de 5,6 hectómetros hasta última hora de la tarde de ayer, con una previsión que se incremente en 15 hectómetros a lo largo de lo que queda de semana con todo el caudal que sigue vertiéndose desde la Sierra de Los Filabres. Con 26 hectómetros actuales, el  pantano aún está en un 16% de su capacidad total: 169 hectómetros, que alcanzó a rozar en los primeros años de su puesta en actividad desde que fue finalizado en 1986.



El embalse de Cuevas junto al de Benínar han acumulado 221 litros por metro cuadrado desde la jornada del lunes, según los datos de información hidrológica de la Red Hidrosur. El pantano cuevano, no obstante, contaba hace solo un año con 42 hectómetros en su cubeta, es decir, 17 hectómetros más que en la actualidad. Las lluvias de la última semana ha hecho que la acumulación de precipitaciones en el año hidrológico en el embalse de Cuevas se haya elevado hasta los 256,2 mm cuando hace tan solo una semana se había acumulado un total de 53,5 mm.



Lo que no ha sido tan positivo para los regantes de la cuenca del Almanzora ha sido el escaso nivel de precipitaciones que se ha registrado en la cabecera del Guadalquivir, en la provincia de Granada donde apenas han caído 65 litro por metro cuadrado, lo que significa que no se abrirá el Trasvase del Negratín tampoco esta primavera, ya que está por debajo del nivel de desembalse que marca la normativa. La cuenca del Guadalquivir padece una brutal sequía con 670 hectómetros cúbicos menos de agua embalsada que hace un año.



En el caso del embalse de Benínar, las lluvias se ha mostrado más modestas y solo durante la jornada de este lunes se acumularon 25,9 mm sin que se hayan registrado lluvias este martes, lo que mantiene el embalse al 9,59 por ciento de su capacidad con 6,03 hectómetros cúbicos frente a los 5,93 de hace una semana cuando, en la misma fecha de 2022, retenía 16 hectómetros cúbicos de agua.



En cuanto a la pluviometría acumulada en lo que va de año hidrológico, el embalse de Benínar se sitúa ya en los 237 mm acumulados frente a los 165,4 mm de la semana pasada, cerca de situarse en los niveles de 2022 cuando, a 23 de mayo, había acumulado 247,6 mm en su año hidrológico.



La consejera de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural, Carmen Crespo, realizó ayer una visita a Vera, donde ha destacado “el alivio que supone la lluvia que cayó el lunes en la comarca del Levante almeriense tanto para el campo como para aumentar las reservas para el abastecimiento”.



El campo de Níjar también ha aprovechado bien las lluvias de las últimas horas para reponer sus acuíferos subterráneos. En el caso del Poniente, el presidente de la Federación de Regantes de Almería, Feral, José Antonio Fernández, explica que no es necesario que llueva mucho más, “sería preferible que si sigue lloviendo lo hiciera más hacia la sierra de Gádor”.



Temor por la desaladora de San Wenceslao

El agua caída en las últimas horas en la comarca del Almanzora y la salida de la rambla Canalejas, han provocado que los regantes alberguen el temor de que la desaladora averiada de Villaricos, bautizada como de San Wenceslao, haya sufrido nuevos daños. La instalación lleva rota desde la riada de octubre de 2012 al estar construida junto al cauce de esa rambla del Almanzora. Por ahora, no obstante, no hay constancia de que la desaladora haya podido sufrir nuevos daños, aunque sí que haya podido quedar anegada al estar situada en zona inundable. Los trabajos de reparación adjudicados a Sacyr y a Alpi marchan de forma muy lenta al encontrarse inconvenientes con el nivel freático de la obra, por tanto aún no ha sido protegida convenientemente ante la alta probabilidad de una gran riada estos días. 


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