Albox

Adiós a Francisco Redondo, el hombre que hizo un himno de las noches de Albox

En escenarios, desde el coro o en el colegio, marcó con su amor por la música a generaciones

Francisco Redondo (centro) junto a sus hermanos Pepe, Encarnita, Marita y Juan Antonio. Foto: Somos Albojenses.
Francisco Redondo (centro) junto a sus hermanos Pepe, Encarnita, Marita y Juan Antonio. Foto: Somos Albojenses. La Voz
Guillermo Mirón
14:23 • 08 may. 2023

Francisco Redondo Molina, Paco Redondo o, como le conocimos quienes nos sentamos frente a él en las aulas del colegio público Virgen del Saliente, don Francisco Redondo. Desde el pasado fin de semana, el pueblo de Albox llora la pérdida de alguien que fue más que un maestro para generaciones y generaciones de jóvenes albojenses.






Todo lo que Paco Redondo tocaba lo hacía mejor, pero no era fruto de la casualidad. Para ello se servía de su verdadera pasión: la difusión de la cultura a través de la música. Don Francisco se ha ido pero su figura y, sobre todo sus composiciones, quedarán ahí. De hecho, llevan ahí desde hace lustros. Porque nadie supo reflejar mejor que él las ‘Noches de Albox’, el pasodoble que se ha convertido por méritos propios en el himno no oficial de todos los albojenses.






Desde 1990, cuando fue concebido, nunca ha dejado de sonar, siendo la auténtica banda sonora en noches (sobre todo veraniegas) para miles de vecinos que, o bien se encontraban bailándolo envueltos por la voz de Redondo o bien seguían el compás desde sus hogares, como un eco estival casi tan albojense como el propio Santuario del Saliente. De hecho no fue el único himno que compuso, ya que también es autor de otro dedicado precisamente a la Virgen del Saliente.






Componer ‘Noches de Albox’ fue la guinda de una carrera que comenzó bien joven, cuando era alumno de la Escuela de Magisterio de Almería. Ya entonces comenzó a mostrarse acompañado por su inseparable guitarra formando parte de diferentes agrupaciones musicales y grupos, componiendo durante esos años otros temas como el pasodoble ‘Bajo el cielo de Almería’.




Tal y como recordó José Granados, durante su estancia en la capital almeriense llegó “a la final del festival ‘Ondas de medianoche’ celebrado en la Plaza de Toros” y formó parte “de la mejor orquesta del momento”, Los trovadores, con la que “ganó el concurso radiofónico cuya final se celebró en el Cine Roma con una canción de Paul Anka como representante de la canción ligera”.


Pero Paco Redondo no sólo fue un músico de relevancia subido a los escenarios. Lo hizo también desde la gestión municipal. Por ejemplo durante su etapa como presidente de la Comisión de Fiestas allá por 1985. Cuando no sólo escuchó a los jóvenes sino que les entendió y aceptó que algunos de los grupos más polémicos del entonces denominado rock radical vasco actuasen por primera vez en Andalucía sirviéndose del 'Rock Albox'. No hubo violencia, agresiones ni más suciedad de la habitual, como anunciaban los agoreros. Solo la llegada de un nuevo género musical y grupos que luego hicieron historia en el mismo. El tiempo le dio la razón.


También supo transmitir ese amor por la canción a los más jóvenes también desde los coros. Lo hizo en Purchena, donde fue trasladado como maestro en la década de los 60 y donde “formó un coro de jóvenes alumnos que ganó el Concurso Provincial de Villancicos en 1969 celebrado en el Teatro Apolo con el villancico de su creación “Villancico Rock”. Posteriormente hizo lo propio en Albox, el lugar en el que se asentó como músico y maestro.


Sin embargo, no se olvidó de los escenarios. Fue en Albox el lugar en el que, durante años, hizo bailar y volar con sus ‘Noches de Albox’ a mil y un enamorados de toda edad acompañado por Pepe Granados, quien se convirtió en su inseparable compañero de dúo.


Se apartó de la música hace casi dos décadas, pero solo físicamente. Sus composiciones han seguido sonando sin descanso, llegando a ser el salvavidas con el que muchos albojenses que vivían a miles de kilómetros de su tierra se acercaban un poco más a esta.

Y así seguirá siendo, aunque él ya no esté físicamente cerca de sus vecinos. Los recuerdos y el amor por la música que ha cultivado en miles de albojenses ya sea en el coro de la iglesia, en una clase de EGB o en una ‘eterna’ noche de verano en el ya desaparecido polideportivo, seguirán ahí durante décadas. Descanse en Paz.


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