La lucha de los pueblos del interior por paliar la despoblación rural

Amanece en el municipio de Líjar, ubicada en el Valle del Almanzora, donde aparte del cántico matutino del gallo, no se escucha ningún ruido por las calles. Esta localidad de casi 400 habitantes es una de las muchas en las que el ambiente es silencioso por su escasez de residentes. 

Los pueblos del Almanzora tienen en común la despoblación rural que sufren. Lejos de rendirse, los municipios del interior fomentan todo tipo de actividades para aumentar el turismo.

Actividades 

Rutas de senderismo, concentraciones moteras o representaciones teatrales de la historia  de estos municipios son algunos de los planes que se pueden disfrutar durante todo el año. La pérdida de población por la falta de medidas económicas o inversión ha hecho que los Ayuntamientos de estos pueblos no descansen para conseguir revertir la situación. 

Los pueblos almerienses de menos de 500 habitantes están registrando durante la última década un mayor número de defunciones que de nacimientos. Pese a ello, quieren crecer en población animando a vecinos y visitantes a conocer más sobre su historia y tradición.

El alcalde de Líjar, Sergio Sánchez, cuenta con satisfacción cómo ha aumentado el número de parejas jóvenes en el municipio. “En nuestro pueblo nacen un niño o dos al año. Ahora intentamos tener un pueblo activo”. Son 21 niños los que están matriculados en el colegio de Líjar. Una cifra, que según el regidor, prolifera paulatinamente. De cara al invierno, el Ayuntamiento de la localidad ha preparado multitud de rutas, un mercado navideño en diciembre y el concurso de monólogos ‘Líjar Sonríe’.

Fomentar el turismo

De igual manera, Albanchez llega a incrementar su población de 800 a  1.400 habitantes en agosto. Sus vecinos ya planean la concentración motera que se vivirá durante estos meses, así lo adelantó su alcalde Amador López. Además de esta última actividad, la localidad presta atención a diferentes ideas deportivas como las carreras populares que se suceden durante el invierno. 

En el municipio de Sierro conviven alrededor de 400 habitantes. Uno de ellos es Carlos Morejon que sostiene a este periódico que la población está creciendo. “Vemos que esa despoblación ha bajado”. Uno de los proyectos que más gustan en este pueblo son las jornadas micológicas que se celebrarán a finales del próximo mes de octubre. Junto a Sierro, Alcóntar (577 habitantes) y Laroya (200 habitantes) son otras localidades que se están viendo afectados por la despoblación. En el caso de Laroya, su alcaldesa Loli Moreno ha explicado la ‘Ruta Cervantina’ que se realiza en Laroya. Este camino, que se produce  por las calles del pueblo durante estos meses, está basado en la lectura de diferentes textos del Quijote.

Origen de las visitas

Algunos de los turistas que se asientan en estos municipios en verano mantienen raíces familiares en los mismos. El éxodo de almerienses a Cataluña en las décadas de los 40’ y 50’ provocó que parte de la sociedad catalana este formadas por emigrantes de la provincia. 

Precisamente, los familiares de estos emigrantes retornan a los municipios almerienses para pasar algunas temporadas altas conociendo la vida de sus antepasados. Gracias a la ocupación turística durante los meses de julio y agosto, los pueblos del interior acentúan su población. Los vecinos disfrutan de la compañía de turistas e intentan hacer de su estancia lo mejor posible. El ‘Día Mundial’ del Turismo celebrado el viernes trajo consigo multitud de actividades culturales en estos municipios. De esta forma, siguen impulsando  al exterior su historia.