El cofrade extraterrestre

Columna de opinión sobre la actualidad cofrade

El Señor de la Vida, primer protagonista de unos cultos tras el confinamiento.
El Señor de la Vida, primer protagonista de unos cultos tras el confinamiento.
Baltasar González Pascual
07:00 • 18 feb. 2021

Dos años ya. Dos agendas cuaresmales en blanco. Dos Semanas Santas con calles vacías. Dos veces que hemos olido el azahar para nada. Dos primaveras en las que no hemos sacado la túnica del armario. Dos Cuaresmas yermas. Y puede que sean más. Dios no lo quiera.



Pero cuando llegue el día en que escuchemos el toque de arrebato (ese manido “cofrades, a la calle”), lo mismo ya no nos acordamos de cómo era esto de las procesiones o, mejor dicho, quizás no vamos a reconocer a algunas cofradías. Quitando a unos cuantos capillitas que vivimos pegados a las redes, la mayoría de los cofrades parecerán extraterrestres que vuelven a Almería tras una odisea y no son capaces de entender qué ha pasado durante su ausencia.



Porque, aunque no lo crean, la mayoría de hermandades siguen trabajando sin descanso (otras no; tampoco lo hacían antes). Parece un milagro: con la subvención municipal (casi) inexistente, sin posibilidad de montar barras, con el cobro de las cuotas muy mermado… Sin embargo, ahí están, aumentando patrimonio durante esta pandemia.



Así que, si el cofrade extraterrestre no se ha enterado, puede que piense que ha aterrizado en otra Semana Santa. A los trascendentales cambios experimentados en 2019 en los misterios de Estudiantes y Borriquita, hay que sumar más novedades. Al bajar de su nave confinada, se preguntará: ¿desde cuándo el Gran Poder saca un palio?; ¿ese Resucitado es nuevo y va en otro paso con guardabrisas de estreno?; ¿cuándo ha cambiado la Estrella su paso de palio?; ¿en qué momento se han bordado las bambalinas laterales de la Macarena?; ¿en qué Lunes Santo salió el Señor de Pasión con túnica bordada? A lo que hay que sumar los avances en las tallas de muchos pasos, las nuevas insignias, los nuevos bordados, los inéditos acompañamientos musicales…



Sin embargo, pienso a la vez que escribo estas líneas, que quizás sea mejor que no se entere de lo que se cuece en estos meses; que se lo encuentre de golpe al llegar del planeta extraño en el que todos estamos inmersos desde hace un año. La sorpresa será mayúscula.






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