Vía libre al residencial y campo de golf de Cosentino en Pechina

La promotora Playa Calipso gana en los tribunales por silencio administrativo de la Junta

Imagen simulada en plano del futuro resort Termalia Golf en Pechina.
Imagen simulada en plano del futuro resort Termalia Golf en Pechina.
Manuel León
22:02 • 21 oct. 2022

Pechina contará en los próximos años -ya no hay vuelta atrás, tras varios años de litigios- con el residencial turístico de interior más grande de la provincia. El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía ha dado la razón, por silencio administrativo de la Junta, a la promotora Playa Calipso para que pueda desarrollar  un resort y un campo de golf sobre una extensión de 176 hectáreas en un paraje natural degradado entre Sierra Alhamilla y el Desierto de Tabernas.



El proyecto, promovido por la familia Cosentino y Arturo Egea, entre otros propietarios, empezó su desarrollo sobre plano en 2015, aunque los primeros trámites datan de 2008. 



La Declaración de Interés Turístico, ya publicada en BOJA, anula las restricciones que pretendía imponer la Junta de Andalucía y lo vincula al planeamiento urbanístico de Pechina, que tendrá un plazo de 18 meses para aprobar definitivamente la incorporación de Termalia  Golf al PGOU. El horizonte de construcción, en varias fases, es de cuatro años y se desplegará en las fincas Espinaza, San Indalecio, Santa Ana y Cortijo Blanco.



Termalia Golf Pechina, redactado por la arquitecta Pilar García Domingo, entre otros profesionales, contempla la construcción de un campo de golf de 18 hoyos a 13 kilómetros de la capital, circundado por 120 apartamentos turísticos y 500 viviendas en rotación, además de un hotel balneario mineromedicinal y termal con diez habitaciones. Otros equipamientos que aparecen en el plan son un campo de fútbol de césped para entrenamiento de equipos profesionales,  equipamientos de salud, centro comercial y colegio bilingüe, un itinerario de carril bici y una Casa Club con escuela de golf,  lindando con la finca de rodajes cinematográficos El Chorrillo de la familia Eguizábal.



Los promotores tienen también en propiedad un pozo de aguas medicinales a un kilómetro del balneario de origen árabe y tendrán también derechos de riego con el agua reciclada del Bajo Andarax, dentro del apartado de aguas para ocio, con la que regarán las instalaciones deportivas. Una gran parte de la actuación se proyecta sobre terrenos actualmente degradados y vertederos, entre parajes y hábitats naturales diseminados, con vestigios de la antigua estación de ferrocarril minero y el Cerro Blanco al fondo. 



Se sitúa, por tanto, entre dos espacios protegidos como son el Paraje Natural de Sierra Alhamilla y el Desierto de Tabernas. La idea también de los promotores de Termalia es promover un parque solar fotovoltaico, una electrolinera y el aprovechamiento de la energía geotérmica y la restauración y puesta en valor de elementos etnográficos y de arqueología industrial como un antiguo puente minero y tres tumbas megalíticas.



El Chorrillo



Al lado del futuro complejo Termalia, brilla la finca El Chorrillo, ese majestuoso escenario almeriense donde se filmaron superproducciones como Exodus o Juego de Tronos, cuyos terrenos están ahora a la venta.


Aún palpitan allí los restos de los decorados, las huellas de las correrías de caballos y camellos entre palmerales y aún están en pie los vestigios de las chozas de adobe y de imponentes palacios de fantasía, mientras los planes de los dueños de la finca son los de impulsar también su desarrollo residencial mediante algún grupo inversor. 


La finca se articula en torno a una superficie de 65 hectáreas  urbanizables  en las que prevén edificar unos 400 chalets sobre unas parcelas de 600 a 800 metros cada una, con una edificabilidad de 33% de parcela.


la época de los baños medicinales

Al lado del futuro complejo residencial pechinero estuvo una antigua estación del ferrocarril minero conocido como el trenecito de Sierra Alhamilla, a los pies del rico caladero de la mina Casualidad. Desde ese remoto apeadero, inaugurado en 1897, viajó la burguesía almeriense a tomar baños medicinales al Balneario.



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