Ventajas de contratar un seguro de vida

Contar con un seguro de vida es sinónimo de calma y tranquilidad, tanto para el asegurado como para su familia. Permite, no solo hacer frente a los gastos en caso de fallecimiento, sino también ante otro tipo de incidentes como una enfermedad grave o una incapacidad permanente.

Antes de contratar un seguro de vida  se deben analizar las necesidades personales de cada uno. Es necesario evaluar el nivel económico del núcleo familiar, el número de integrantes del mismo, la edad y estado de salud de cada uno, etc. para que si sucede una tragedia, la póliza permita mantener la solvencia y adaptarse a su nueva situación. Este punto es especialmente importante si el asegurado ha contraído deudas, préstamos o créditos hipotecarios, a los que sus herederos tendrían que hacer frente en caso de fallecimiento o incapacidad grave.

Además, existen pólizas que incluyen una indemnización extra ( a veces del doble del capital) en caso de fallecimiento por accidente de tráfico, por lo que son adecuados para personas que realicen muchos desplazamientos por carretera, ya sea por trabajo o por sus circunstancias personales.

Contratar un seguro de vida también permite afrontar los elevados gastos que supone un fallecimiento como los costes de los servicios funerarios, los trámites de aceptación de la herencia o el Impuesto de Sucesiones. Algunas pólizas incluyen servicios de asesoramiento legal especializado para la gestión del testamento u otros trámites relacionados.

El contar con una póliza de vida también garantiza al asegurado dejar a su familia cubierta en caso de su falta. Por ejemplo para que sus hijos puedan costearse sus estudios universitarios y sufragar el mantenimiento de las propiedades que heredasen. O si se tienen personas dependientes a su cargo para asegurar que seguirán contando con los cuidados necesarios. 

Los seguros de vida también aportan beneficios fiscales. Cuando el seguro de vida está ligado a un crédito hipotecario ( de viviendas adquiridas antes del 2013) o si el asegurado es un trabajador autónomo.

Un seguro de vida no solo es útil en caso de fallecimiento del asegurado, existen pólizas que incluyen indemnizaciones de hasta 30.000 euros en caso de diagnóstico de enfermedades graves, pero por desgracia cada vez más frecuentes, como los tipos de cáncer más habituales en hombres (pene, próstata y testículos) y en mujeres ( de mama o del sistema reproductor femenino); así como enfermedades cardiovasculares. Este tipo de seguros de vida también incluyen la posibilidad de recibir orientación de médicos de reconocido prestigio para pedir una segunda opinión, incluso en el extranjero. Además, de servicios de ayuda psicológica para que el asegurado y su familia afronten la nueva situación.

Los seguros de vida se van adaptando a los nuevos tiempos y algunas pólizas ya incluyen servicios para borrar la huella digital del asegurado fallecido, es decir, para hacer desaparecer su presencia online; o para la gestión de su testamento vital, sus voluntades sobre cuidados y tratamientos que quiera recibir el día que ya no pueda expresarse, para garantizar un fallecimiento digno.

En definitiva, contratar un seguro de vida es una inversión en tranquilidad para el asegurado y para garantizar el bienestar de sus seres queridos ante imprevistos graves a los que puedan tener que enfrentarse.