“Almería desde que tiene una universidad es más provincia”

Entrevista a Ramón Herrera de las Heras, nuevo secretario general de universidades de la Junta

El secretario general de universidades, Ramón Herrera, posa para la entrevista en el campus de la UAL, donde es profesor de Derecho Civil
El secretario general de universidades, Ramón Herrera, posa para la entrevista en el campus de la UAL, donde es profesor de Derecho Civil Juan Pablo García
Antonia Sánchez Villanueva
21:26 • 05 nov. 2022

Doctor en Derecho, profesor universitario especialista en Derecho Civil y político vocacional, Ramón Herrera de las Heras lleva desde su nombramiento este verano al frente de las políticas universitarias de la Junta de Andalucía. Una nueva ocupación que le pone por delante retos de gran calado para el futuro de la enseñanza superior andaluza como la financiación, el decreto para crear más titulaciones o la implantación de universidades privadas en el mapa autonómico. Compaginando con la docencia en la UAL, Herrera hizo su primera experiencia como cargo político cuando ejerció de director de Presidencia en la Diputación Provincial de Almería allá por el año 2003, para posteriormente ser nombrado director de Asuntos Europeos. Parlamentario andaluz en la anterior legislatura autonómica, la primera en la que gobernó el PP tras casi 40 años de hegemonía socialista, se estuvo ocupando de la portavocía parlamentaria precisamente en el asunto de universidades, además de otros como Economía. 



¿Qué le falta a las universidades en flexibilidad? 



Pues mira, en una universidad pública para modificar un grado o crear uno nuevo se tarda mucho tiempo. Desde 2010 que se aprobó la implantación de Medicina en Almería, la Universidad no puede implantar ningún nuevo grado. Ya han pasado 12 años y se ha desarrollado la Inteligencia artificial, el Big Data... No tenemos nada de eso. Estamos haciendo precisamente un decreto de enseñanza que nos permita aprobar esos grados con mayor rapidez, manteniendo la garantía de calidad, por supuesto. Y luego hay que rebajar la burocracia. Agilizar nosotros también en la Junta la concesión de los proyectos, no podemos tardar tanto. 



Hace unos días se ha lanzado un proceso de análisis de estrategia. ¿Hacia dónde va dirigida? 



En enero la Comisión Europea aprobó la estrategia para la Universidad en Europa. Y nosotros queremos hacer algo similar, ver de aquí a 2027 dónde deben estar la Universidad de Andalucía. En internacionalización, se han aprobado campus europeos, que por cierto la UAL coordina uno y tenemos que ayudarle. Hay otras muchísimas cosas, como el acceso de los estudiantes, el futuro de la docencia, de la investigación. Pero la universidad tiene más cosas a su alrededor, como cultura, deporte... Tenemos que englobarlo en una estrategia que nos indique hacia dónde debemos ir y darle a las universidades la herramienta para que lleguen. 



La UAL va a cumplir 30 años y dependiendo del ranking aparece en un nivel u otro. Siendo realistas, ¿en qué nivel de calidad está? 



Está en un nivel alto, por varios motivos. En primer lugar, porque ha conseguido hacer algo que es importante y es especializarse. Se ha mimetizado muy bien con la sociedad y con las necesidades de la provincia. Hay un ámbito, que es el agroalimentario, muy potente en nuestra Universidad, eso tiene mucho sentido. Y no solamente trabaja en el ámbito agroalimentario, en Empresariales trabajan la comercialización, en el ámbito jurídico, las cooperativas y el derecho agrario. Y eso ha hecho que la UAL esté en un nivel elevado y ha conseguido un profesorado estabilizado. Otras universidades tienen más problemas en eso. 



¿Cómo la encuadramos dentro del contexto universitario español? 

Yo compararía con universidades de su edad, porque compararte con Granada o Sevilla, que tienen 500 años de historia, es muy difícil. Hay que mirar universidades como Huelva, la Pablo de Olavide, y ahí Almería está entre las primeras. Yo estaría muy satisfecho porque está en un nivel muy alto, no tiene problemas estructurales de plantilla ni en el ámbito de la investigación, y está teniendo buenos resultados. 


¿Apostar por Medicina, en qué medida ha sido un acierto? 

 Es un éxito. Lo demuestra la cantidad de solicitudes que recibió el grado. Ahora el Ministerio está impulsando aumentar el número de estudiantes en toda España en un 15%. Faltan médicos y la solución que propone es que los grados ya implantados, en vez de tener 60 estudiantes, alcancen los 70 ó 71 en primer curso. En Andalucía nos hemos adelantado y hemos conseguido que haya 120 estudiantes más de primero entre Jaén y Almería. Es para estar satisfechos. Queda mucho trabajo. Los decanos tienen mucha razón en que hay que habilitar más plazas MIR, hay que mejorar las condiciones, hay que seguir dando pasos, pero se han dado muchos. 


¿Las titulaciones con poco alumnado están heridas de muerte?

Haría dos reflexiones. Cuando se implantó la Universidad Almería, la licenciatura de Matemáticas tenía pocos alumnos, y se oía que había que quitarla. Si lo hubiésemos hecho estaríamos en un grave problema, porque necesitamos muchos matemáticos, y ahora es de los grados más demandados. La segunda reflexión es que hay grados en humanidades que no tienen una demanda alta, sino que son necesarios. Lenguas semíticas no tiene alta empleabilidad pero si nadie estudia lenguas semíticas perderemos ese conocimiento. Y luego es verdad que hay titulaciones que durante un período prolongado no tienen demanda y no podemos cerrar los ojos ante eso. En el próximo decreto se dará la posibilidad de que títulos muy poco demandados se puedan convertir en interuniversitarios. No queremos que se pierdan títulos, lo que queremos es que se puedan impartir entre varias. 


¿La vinculación de la sociedad almeriense con su universidad es un fenómeno común a otras provincias?

Bueno, cuanto más pequeña es la universidad y la provincia, más importancia tiene en la sociedad y más se puede implicar. La Universidad de Granada, la de Sevilla, tan grandes, con tantas áreas de conocimiento, es más complicado, aunque se pueda hacer. Granada, en el ámbito de la inteligencia artificial, está luchando por la Agencia de Inteligencia Artificial. Pero Almería todo el mundo la reconoce con investigación agrícola. Hay provincias más pequeñas, con universidades más pequeñas, pero que son fundamentales en el ámbito social. Almería desde que tiene una universidad es más provincia. 


¿En qué manera contribuye al desarrollo económico? 

La universidad es un pilar fundamental, junto con el tejido empresarial, para que las exportaciones funcionen. También para que el desarrollo de la economía sostenible, el reciclaje, la producción mejoren. Hay empresas de base tecnológica que están trabajando con empresarios agrícolas y con grandes cooperativas. Hay cátedras de empresas que funcionan aquí. La empresas colaboran con los master y eso hace que la relación sea muy fructífera. Al final, los buenos datos económicos de la provincia tienen que ver con la empresa, pero también con la participación de la administración, en este caso de la universidad. 


¿Y la empleabilidad de los titulados? Uno puede salir con una capacitación altísima, pero el mercado laboral no siempre opta por los más cualificados. 

Y depende también de las titulaciones. La empleabilidad en ingeniería informática es elevadísima. Y hay otras que su empleabilidad es más baja, como humanidades. Pero en general la inserción laboral es buena y en particular la de la UAL. Hay un elemento que a nosotros nos preocupa mucho, que es poder mantener las prácticas extracurriculares, y eso con el nuevo estatuto del becario se puede poner en riesgo. Lo que pedimos es que se mantenga porque es básico para la inserción laboral. De ahí que queramos también el impulso de los títulos duales. Es un modelo muy interesante. 


 La UAL sigue sin tener un espacio en el centro de la ciudad. ¿Por qué es necesario y por qué es tan complicado?

 Medicina se implantó no porque los políticos hiciésemos nuestro trabajo, que lo hicimos, ni porque la universidad hiciese su trabajo, que lo hizo, sino porque la sociedad lo reclamaba. Yo creo que la sociedad también reclama que tengamos un edificio en el centro. Se ha trabajado durante tiempo pero no se ha producido todavía. Yo creo que es fundamental. Este es un campus maravilloso, pero la ciudad necesita a su universidad y creo que la universidad también necesita a la ciudad. Si durante la legislatura anterior Medicina ocupó todo ese trabajo, ahora, tener una ubicación en el centro también debe ocuparnos. 


 Una tarea para el próximo equipo rectoral. 

Seguro que sí. El actual lo ha intentado con ese edificio que aún no ha salido. Ojalá salga. Y si no sale ése, pues vamos a por otro. Ya no solo por darle vida a la ciudad, es un símbolo muy importante. Yo miro con envidia cuando voy a Granada al Hospital Real, o voy a Córdoba y veo el rectorado. Hombre, equiparable no vamos a tener, pero a mí me gustaría que hubiese un edificio emblemático. 


¿Por qué es importante que la consejería se llame de universidades y no aparezca ligada, como antes, a innovación o empleo?

Primero, porque el gobierno le da la importancia que tiene y no hay más que preguntarle a cualquier rector cómo ha sido recibido el hecho de que contemos con una consejería propia. Y yo, que he acudido a la gran mayoría de las inauguraciones del curso académico, todos lo han resaltado. En segundo lugar, porque tenemos un consejero que viene de haber sido rector, con lo cual conoce perfectamente las necesidades. Al final los medios no son los mismos, y la capacidad de influir no es la misma. 




A nivel personal y politico, ¿qué le supone? 

Es un privilegio, porque aúna las dos partes que a mí me gustan en la vida. La universidad, la docencia y la investigación son maravillosas. Y la política que siempre me ha gustado y he tenido la oportunidad de ejercerla como cargo público. Esta parte quizá conlleva mayor esfuerzo que la anterior etapa, pero también una mayor satisfacción. 


¿De parlamentario se vive mejor? 

Sí, sí, se vive mejor de parlamentario. Tú tienes la capacidad de gestionar mejor el tiempo y la ocupación, si te vas a dedicar a visitar municipios que necesitan tu ayuda o a llevar PNL o proposiciones. También es bonito, pero aquí la influencia de tu trabajo es diaria y las decisiones que tomas las ves reflejadas de manera inmediata. También llegan los problemas, pero hay que asumirlo, no todo puede ser la cara A, también hay cara B. 


Y entre los problemas, y no menor, está el de la financiación. Lo habrá escuchado en todas las aperturas de curso. 

En todas y cada una de ellas. En todas, y de todos los años.


¿Tan difícil es una solución? 

 Debe haberla. La nueva ley que se está tramitando en el Congreso establece un umbral mínimo para la financiación en el 1% del PIB de la Comunidad Autónoma. En Andalucía ya se destina más de un 1%. Ahora nuestra responsabilidad es conseguir que con esa inversión importantísima, las universidades tengan la capacidad no solamente para tener suficiencia financiera, sino también para hacer política universitaria. Y por eso queremos implementar un modelo de financiación que tenga tres patas. En primer lugar, que garantice la suficiencia financiera para el funcionamiento diario. En segundo lugar, si conseguimos mejores resultados en investigación o en docencia, tiene que verse recompensado, y, en último lugar, los contratos programa. La universidad tiene problemáticas muy similares, pero son muy distintas una de otra y queremos ver cómo le podemos ayudar a cambio de que ellos realicen alguna actividad que entendemos estratégica. 


¿Pero cuando los rectores se quejan por la financiación tienen razón? 

Yo entiendo que cada rector defiende su institución y cuanto más tenga siempre le va a ir mejor. Nosotros queremos encontrar un punto medio razonable, saber qué cantidad de profesores tiene y cuántas horas de clase dan, cuántos proyectos de investigación tiene, cuántos sexenios tienen sus profesores, cuánta financiación consiguen, una media que nos sirva de guía para que la Universidad pueda no solamente abrir, sino avanzar en investigación, docencia y cualquier otra cosa. 


¿No se corre el riesgo de caer en un espíritu de mercantilización? 

No, yo creo que no. Ayer me contaban de una universidad que tienen un área de historia moderna muy potente y captan muchísimos fondos de investigación y lo hacen muy bien. La captación de fondos no tiene únicamente que ver con el área de conocimiento. De hecho, también se pondera esa circunstancia. 


¿El mapa universitario andaluz está completo o admitiría más instituciones?

Creo que hay un mapa razonable. Tenemos una universidad por provincia, a excepción de Sevilla, que tiene dos, y una universidad internacional con un papel distinto. Queremos cambiar el mapa de titulaciones, hacerlo dinámico y tener en cuenta la territorialidad también. Es verdad que hay universidades privadas que han solicitado formar parte del sistema andaluz universitario. 


¿Hay cabida para ellas?

Sí, claro que hay cabida, siempre y cuando tengan garantía de calidad. Casi 8000 andaluces estudian en universidades privadas fuera de Andalucía. Mientras en otras comunidades hay varias universidades privadas, en Andalucía tenemos solo una. Hay perfectamente cabida y eso no implica ningún menoscabo de la financiación de la universidad pública, cero, nadie puede sentir la preocupación de que que haya universidad privada para detraer fondos de la universidad pública. 


¿No se harían la competencia entre sí? 

Yo creo que no, además algunas son organizaciones que no tienen ánimo de lucro y que vienen trabajando durante muchos años y lo hacen bien. De hecho, hemos recibido informes positivos del Ministerio de dos de ellas, la Alfonso X el Sabio, que fue la primera privada en España, y la Universidad Europea, que también funciona con altos niveles de calidad. Y por otro lado, los títulos que quieren implantar suelen ser los de alta demanda, donde hay listas de espera. Mi reflexión es que la universidad pública no va a perder alumnos en beneficio de las privadas. 


¿La bonificación de la de las matrículas es sostenible? 

 Ahí se hizo una apuesta muy importante que cuesta a la Junta Andalucía en torno a 45 millones de euros. Creo que sí es sostenible, de hecho, nuestro compromiso en mantenerlo. 


¿Un gobierno con mayoría absoluta, como el de ahora, es un paseo militar? 

No, no. Es muy distinto. La presión en la legislatura anterior era muy difícil, porque si no teníamos el apoyo parlamentario no podíamos sacar adelante los decretos, las leyes, y fue complicado. Ahora no hay esa presión, pero sí la presión del presidente que nos pide que actuemos como si no tuviésemos mayoría. 


 ¿Qué le parece el fichaje de ex altos cargos de Ciudadanos por el PP? 

Pues en mi consejería puedo poner el ejemplo de altos cargos que se han mantenido. Lo que ha dicho el presidente es razonable, lo que funciona no se toca. Y se han integrado perfectamente porque al final nos veíamos como un solo gobierno. 


¿Tan mismo gobierno que al final los han fagocitado?

Sí, bueno, al final es ley de vida. El pez grande se come al chico, ¿no? Y no en Andalucía, pasa en todo el mundo. No es una experiencia que sorprenda a nadie. 





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