¿A quién le interesa que sigan los asentamientos chabolistas?

Níjar inicia un plan piloto de erradicación. Si tiene éxito será motivo de alivio

Un voluntario de Cruz Roja entrega productos de primera necesidad en un asentamiento de la provincia de Almería
Un voluntario de Cruz Roja entrega productos de primera necesidad en un asentamiento de la provincia de Almería La Voz
Antonia Sánchez Villanueva
21:24 • 31 oct. 2022

Cualquiera que haya tenido ocasión de poner un pie en algunas de esas concentraciones chabolistas que han ido germinando en Níjar o en el Poniente a la sombra del desarrollo de nuestra agricultura no puede haber tenido más que sentimientos de pura desazón. El hacinamiento de centenares de inmigrantes en condiciones de absoluta precariedad es una de esas consecuencias indeseables -a buen seguro, la que más- de un modelo productivo por otro lado digno de elogio y motivo de orgullo para toda una provincia.



Cabría preguntarse por qué instituciones, empresarios y sociedad almeriense en general hemos dado lugar a que se instalara, creciera y se mantenga en nuestro entorno una sórdida realidad que atenta contra la dignidad de seres humanos. Y si este argumenta no tuviera ya de por sí la suficiente fuerza, nunca está de más recordar lo mucho que daña a nuestra reputación como productores y exportadores agrícolas de primer nivel. Las hemerotecas están repletas de noticias sobre otras noticias, las que cada cierto tiempo asoman a medios de comunicación muy influyentes en países europeos -ni más ni menos que nuestros principales clientes- arrojando muchas más sombras que luces sobre las condiciones de producción de las hortalizas almerienses en cuanto a situación laboral de los temporeros o respeto a los derechos humanos.



Que algunas de esas informaciones puedan haber pasado un filtro de manipulación para orientar un discurso interesado no plantea mucha duda. Aun así, resulta de una ceguera irresponsable no admitir la tremenda realidad que nos acecha. Algunos intentos se están poniendo en marcha para intentar acabar con una lacra vergonzante, en lo que parece una correcta lectura de los riesgos. Níjar ha iniciado un plan piloto para intentar poner fin a sus asentamientos. Es de esperar que todos los agentes necesarios para ello pongan de verdad de su parte para alcanzar el éxito. Si ese éxito se logra y es exportable a toda la provincia, será motivo de alivio compartido.








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