Llegan el viento y la lluvia para limpiar los cielos de Almería

Ayer se midieron los niveles más altos de partículas de polvo africano en Almería y provincia

El Cabo de Gata tenido del tono rojizo provocado por el polvo africano
El Cabo de Gata tenido del tono rojizo provocado por el polvo africano La Voz
Antonio Fernández
23:15 • 15 mar. 2022

Durante casi tres días el polvo procedente del Desierto del Sáhara ha sido el indiscutible protagonista en toda la provincia de Almería. Las densas nubes de polvo en suspensión han estado presentes en la práctica totalidad de las ciudades y los pueblos y han animado las tertulias y acaparado noticias.



Si las previsiones se cumplen, ese episodio debería concluir casi por completo durante el día de hoy, aunque aún pueden persistir algunos núcleos, ya más dispersos y de menor intensidad que en jornadas anteriores.



Niveles extremos
Los distintos puntos de medición de la contaminación por partículas existentes en la provincia alcanzaron durante la madrugada y primeras horas de la mañana de ayer martes niveles que pueden ser calificados de históricos y que suponen la constatación de que durante muchas horas los almerienses estuvieron sometidos a concentraciones intolerables de polvo africano.



Esa presencia fue excepcional en algunos puntos, en especial el municipio de El Ejido, que multiplicó por más de 50 los niveles de contaminación que la Organización Mundial de la Salud considera ‘aceptables’.



Bajo la polvareda
Pero la afectación alcanzó a todos los núcleos de población. Si el índice máximo de tolerancia para partículas PM10 (de menos de 10 de diámetro) la OMS lo sitúa en torno a los 50 microgramos, los habitantes de Almería capital sufrían ayer niveles de 911 microgramos, casi veinte veces superior a los niveles ‘tolerables’.



En la Plaza del Castillo de Carboneras ese índice de contaminación atmosférica por partículas alcanzaba los 556 microgramos, diez veces más de lo establecido por la OMS; y en Bédar, en la falda sur de la Sierra de Los Filabres, se medían durante la mañana de ayer hasta 623 microgramos por metro cúbico de aire, diez veces y media más del límite a partir del cual se considera “peligroso para la salud”.



En la Rambla
Sobre las ocho de la mañana se medían más de 750 microgramos de polvo africano en el detector situado en la parte baja de la Rambla Federico García Lorca de la capital almeriense, si bien en otros puntos de la ciudad se registraban niveles inferiores, y en otros algo superiores hasta ese máximo de 911 microgramos medido durante la madrugada.



La forma más eficiente de acabar con este intenso panorama de contaminación atmosférica que se origina por violentos episodios de evaporación que se producen en el Desierto del Sáhara, es la presencia de lluvias persistentes que provocan su precipitación y ‘limpian’ los cielos, hasta ayer pintados de colores rojizos. La otra forma es la llegada de vientos de alta intensidad que desplazan las masas de nubes rellenas de polvo africano hacia otras latitudes, como está ocurriendo en las últimas horas, en que esas nubes han avanzado hacia el norte y han alcanzado otros países del sur de Europa, entre ellos Francia o Suiza.


Almería es, con frecuencia, uno de los puntos de entrada de esas masas de aire que transportan las partículas en suspensión, un fenómeno que perjudica la salud, manchan coches, ropa tendida, mobiliario urbano, calles y parques, pero que también suponen un buen fertilizante natural para los suelos de la provincia.


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