El tesoro del Parque y la ratonera de Pedro Jover

Desde hace un par de días las obras junto a La Hormiguita provocan atascos en el centro

Las obras han motivado el tránsito rodado por el Parque Nicolás Salmerón.
Las obras han motivado el tránsito rodado por el Parque Nicolás Salmerón.
Manuel León
19:35 • 09 nov. 2021

Desde hace un par de días la calle Pedro Jover de la capital se ha convertido en una ratonera para los vehículos: si uno se mete dentro ya no sale, o le cuesta un potosí salir; desde hace un par de días esa vía vicaria, que comunica el Hospital Provincial con Pescadería, es como un cepo, ni para atrás ni para adelante, uno se siente quieto como un torero sin miedo, mayestático como la esfinge de Gizeh. De vez en cuando la hilera avanza unos centímetros, como una tortuga sin brío, entre el escaparate de la ferretería de Los Zamora, entre el Café Bombón o los tubos giratorios azules y rojos de las numerosas peluquerías que han germinado en esa calle  proletaria. Hubo ayer un conductor que juraba que le habría dado tiempo a bajarse del coche, darse un corte de pelo y volver al volante sin haber avanzado un metro.



A toda consecuencia la precede una causa. Y parece que la trampa en la que se ha convertido Pedro Jover proviene de la búsqueda de un tesoro en el Parque, junto al Kiosco de la Hormiguita. Allí se puede ver estos días una pala excavadora y a un operario haciendo zanjas.



Cada buen jubilado que se acerca estos días a la obra hace su conjetura: "Es el gas"; son unos cables soterrados para la luz"; "No, son unos restos del tiempo de los moros que han visto". Cada uno a su bola. Lo cierto es que la búsqueda es intensa, sin desmayo,  mientras los escolares del Mater Asunta campan a sus anchas a la hora del recreo, mirando la obra desde la baranda comiéndose un bocadillo, como si fueran pensionistas anticipados. Por mucho que viniera un concejal a explicar lo que allí se está haciendo, las apuestas William Hill entre los seniors no decaerían: "Esto es para cambiar el asfalto"; es para meter la fibra óptica a la Hormiguita; no, es para colocar unos sensores que contabilicen el tráfico". 



Mientras, dos calles arriba las bocinas no paran de sonar, con conductores sintiéndose como Pixie y Dixie pidiendo auxilio atrapados entre los hierros de la celada y el trozo de queso, porque nadie es feliz en una ratonera. ¡A ver si encuentran pronto el tesoro del Parque!







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