Las medusas se hacen con toda la playa de San Miguel

Sobre la arena y dentro del agua se puede observar una gran plaga de medusas

La playa de San Miguel, plagada de medusas.
La playa de San Miguel, plagada de medusas. Javier Pajarón
M. R. C. / J. Pajarón
19:13 • 05 abr. 2021

La playa de San Miguel, en el capitalino barrio de El Zapillo, luce esta tarde como un auténtico campo de batalla en el que, como si fueran los cuerpos de soldados después de una guerra, una plaga de medusas de tonos morados ocupa gran parte de la arena y son visibles, asimismo, en el interior del agua.



Con una agradable temperatura de casi 20 grados y el sol luciendo esplendoroso, darse un baño podría haberse convertido en un apetecible plan de tarde para los más atrevidos, pero la plaga de medusas que se ha hecho fuerte en la playa de San Miguel ha acabado de raíz con cualquier intención de zambullirse en el mar, pues la avanzadilla de medusas visibles en la arena se convertían en una gran línea de medusas moradas flotando.



En años anteriores y en fechas similares se habían identificado medusas del tipo carabela portuguesa en las costas almerienses, pero en esta ocasión parece tratarse de ejemplares de Pelagia noctiluca los que se encontrarían en la playa de la capital. Así lo recoge en su clasificación de medusas presentes en el Mar Mediterráneo el Aquarium Costa de Almería, donde detallan que la Pelagia noctiluca "es una medusa de menor tamaño, de unos 20 cm de diámetro como máximo. Posee una umbrela más abultada en forma de seta, cuatro tentáculos orales y 16 marginales que pueden llegar a tener desplegados más de 20 m de longitud". Y añade: "Es una de las especies más venenosas y su picadura es dolorosa y causa una irritación intensa en la piel, pudiendo provocar ampollas y úlceras.






En cambio, la carabela portuguesa, la especie más peligrosa que podemos encontrar en el Mediterráneo, tiene una morfología diferente, explican: "Esta especie tiene una forma muy peculiar. Presenta una estructura de color violáceo a modo de flotador que suele medir unos 30 cm de largo y 10 cm de ancho, y que está rellena de gas, lo que hace que flote en el agua. Además, posee una cresta en la parte superior que le ayuda a desplazarse con el viento. De ahí proviene su nombre de carabela. Sus tentáculos son especialmente finos y largos".






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