Cuando cada persona ocupa su lugar, la empresa tiene energía y una visión clara de cómo seguir creciendo.
¿Qué ocurre cuando una persona no ocupa su lugar en la empresa?
Cuando una persona no ocupa su lugar en la empresa el clima se enrarece y la dirección es poco clara. Esto puede ocurrir en cualquier ámbito y nivel de esta, pero a mayor nivel de responsabilidad es mayor el impacto en el ambiente.
Las personas ocupamos al menos cinco roles en nuestra vida: personal, pareja, social, familia y profesional. La función principal de los roles es la de facilitar nuestra adaptación a un contexto. Por ejemplo, si voy a empezar a trabajar en una nueva organización el rol que ocuparé está recogido en la definición de puestos y esto me orientará a ocupar el cargo con soltura lo antes posible.
¿Cuáles son los principales motivos por los que una persona no ocupa su lugar?
Uno de los motivos más habituales es que la definición de ese puesto no existe o es ambigua, entonces la persona no sabe realmente cuáles son sus funciones principales ni qué se espera de ella.
El segundo motivo puede surgir de un conflicto interno de roles, un ejemplo sería una persona que tiene que liderar un proyecto sin embargo a nivel interno prefiere ser parte del grupo que liderarlo, no quiere destacar ni asumir funciones difíciles que conllevan la dirección de un proyecto. Esta persona rápidamente dejará de ocupar su lugar para ser uno más del grupo y el proyecto perderá dirección. También es habitual en personas que empezaron como emprendedores y una vez que su empresa ha crecido, pasan por encima de su equipo de coordinadores dando órdenes diarias e individuales como al principio.
El tercer motivo podría ser que el rol que se le ha asignado necesita de habilidades superiores a las que tiene la persona. Recuerdo un asesor comercial brillante, ambicioso, elegante y muy preciso en cada meta que se proponía. Debido a su larga trayectoria se le propuso el ascenso a director comercial y coordinar un equipo, y aquí comenzó su problema. Sin saber por qué priorizaba sus tareas a la coordinación del equipo, a veces incluso comparaba sus resultados con los del resto y esto ocasionó más de un conflicto para este departamento. Al estudiar la situación comprobamos que podía revertir la situación y ocupar su puesto de líder con un proceso de coaching y formación. Afortunadamente hoy es un gran líder de personas y tiene muy presente sus funciones.
El cuarto de los motivos más habituales es que la persona carece de enfoque y energía para desarrollar este puesto porque hay otras áreas de su vida que están desordenadas o en conflicto. Los conflictos internos nos restan energía para el desarrollo profesional.
¿Algún otro ejemplo con final feliz?
Recuerdo especialmente a una persona que fue contratado como director de proyectos en una mediana empresa dirigida por cuatro socios. Cuando empecé a trabajar con la empresa nuestro director estaba realmente quemado y estaba a punto de tirar la toalla en cuanto a las funciones que se esperaban de él. La empresa no tenía una estructura definida pero sí muchas cosas claras, eso era importante. Recuerdo una reunión donde expresaba su malestar porque el equipo directivo no proponía planes claros para ese año, a lo que le respondí “¿eso no es acaso para lo que te contrataron a ti?”. Hubo un clic, algo cambió. El siguiente paso fue definir por escrito sus funciones y tareas y a partir de ese momento podemos decir que nuestro director de proyecto incluyó esa función que creía era de los socios en su día a día. La empresa vivió un gran año.
¿Cómo saber si en nuestra empresa hay personas que no ocupan su lugar?
Podemos percibirlo en su desempeño, en el clima del departamento. Pero los síntomas se pueden percibir de forma difusa por lo que yo recomiendo seguir estas pautas. Primero asegurarse de que el organigrama está creado, actualizado y al alcance de “todas las personas” de la empresa. Hay personas que no saben a quién reportan directamente. Segundo, comprobar que están creadas las definiciones de puestos de cada persona, que contienen las funciones, tareas del puesto y lo que la empresa espera de ese puesto cada año. También debería tener cada persona una copia. Por último, si aún así se percibe un clima enrarecido verificar los motivos anteriormente mencionados, muchas veces a través de coaching y formación la persona podría ocupar su rol con excelencia una vez haya recibido los recursos que necesitaba.
¿Se puede aplicar esto a una persona emprendedora o en su vida personal?
¡Claro! Y a todos los ámbitos de nuestra vida. Imagina qué ocurre cuando un padre no ocupa su lugar y quiere ser colega de su hijo, éste siente vértigo y no encuentra los límites necesarios para desarrollarse en la vida. Puedes verlo en parejas donde ambos adoptan el rol padre hija, o madre hijo. O en familias donde los padres se apoyan emocionalmente en exceso en sus hijos restándoles energía para su desarrollo. Una persona emprendedora deberá tener en cuenta que dentro de su proyecto es líder, administrativa, operaria, creativa, comercial y comunicadora. Para que el proyecto avance planificará cada semana de este identificando desde que rol actuará en cada etapa. Otro aspecto que la persona emprendedora debe cuidar mucho es su rol personal, familiar y de pareja. A veces el proyecto de un emprendedor invade gran parte de su vida personal y termina pasando factura.
Es importante preguntarnos según el rol que ocupamos ¿Qué espera la empresa/la vida de mi en esta área de mi vida? ¿Tengo las herramientas y capacidades necesarias para hacerlo? Ocupar tu lugar en la vida te conecta con tus recursos internos, aporta claridad y bienestar.
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