¿Por qué ‘arrasa’ el papel higiénico en los supermercados?

Sucedió este jueves: un operario del Mercadona salió del almacén con un palé cargado de rollos de papel higiénico y se dirigió, por los pasillos del establecimiento, hasta las estanterías donde debía colocarlos. Pues bien, antes de llegar a ellas ya no quedaba ninguno, porque los clientes se habían abalanzado con avidez hacia ellos. 

Este episodio, que puede trascender ya la mera anécdota, porque el fenómeno se ha extendido a prácticamente todos los supermercados de España y de Almería, lo contaba este viernes otra empleada del mismo establecimiento en Cortijo Grande a un grupo de clientes que le había preguntado por los motivos de la desaparición del papel higiénico de las estanterías. De hecho, en ese momento, al mediodía, no quedaba un solo rollo en el local.

"Nosotros nos reímos, porque no tenemos ni idea de los motivos", decía la empleada a los clientes, que coincidían en esa misma opinión y para quienes este fenómeno era todo un misterio. 

Pero es que la 'desaparición' del papel higiénico no sucedía solo aquí, también en un Lidl cercano sucedía lo mismo, y los clientes se preguntaban igualmente en los pasillos por los motivos. Justo al lado de donde debía estar el papel higiénico había grandes rollos de papel de cocina que, sin embargo, no había desaparecido. Este enigma era, sin duda, la comidilla de los establecimientos. 

Al margen de este misterio, la pandemia del coronavirus también está dejando claro que el lugar más elegido para realizar estas compras de urgencia es, también en Almería, el Mercadona. Mientras que en otros supermercados visitados por este diario no faltaban apenas productos de las vitrinas, salvo en el caso mencionado del papel higiénico; en los Mercadona es frecuente verlas vacías, además, en un gran número de productos, como agua, carnes, huevos, y elementos de protección frente al virus, como guantes de látex, geles, etcétera.

"Hemos estado también en Carrefour y el papel higiénico y la carne es lo que más falta allí", decían Cinzia y María del Carmen, dos italianas -a pesar del nombre de la segunda- naturales de Milán que viven desde hace tiempo en Almería, que se encontraban de compras en el Lidl de Cortijo Grande, provistas de guantes de látex.

"Tenemos familia en Milán que lo están pasando muy mal, porque están confinados y no pueden salir del pueblo; esperemos que todo esto no se repita aquí", añadían. 

En algunos grandes almacenes de la capital, como Carrefour, ya se ofrecen a los clientes  guantes de látex  y la posibilidad de limpiarse las manos con gel hidroalcohólico a la entrada del establecimiento. Y los cajeros de muchos súper también usan ya guantes para atender a los usuarios.