El chef privado almeriense que ha cocinado para el rey de España
De Almería a villas de lujo, Daniel López cocina experiencias que sorprenden a estrellas y familias en el extranjero

El chef privado almeriense, Daniel López, cocinando sus menús en uno de sus servicios
Hay cocineros que alimentan y cocineros que cuentan historias. Daniel López Soriano pertenece al segundo grupo: en su cocina no hay platos repetidos sin alma, sino relatos servidos en forma de sabores. Cada receta es un guiño, una sorpresa, un detalle que transforma un menú en recuerdo. Comer con él no es solo probar un plato: es abrir un álbum de experiencias donde tradición y creatividad se dan la mano.
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Una croqueta que esconde chocolate fundido y queso payoyo, un ajoblanco coronado con vieiras y coral de chorizo, espaguetis de sepia que se enredan con caviar de mango o un dim sum de cerdo que humea en la mesa. Todo parece parte de una coreografía pensada para emocionar. Nada es casual: ni el emplatado, ni el ritmo de los platos, ni ese equilibrio entre lo inesperado y lo cercano. Y al final, la experiencia no termina en el paladar: se queda en la memoria, como esas cenas que uno recuerda mucho después de haber terminado.
Detrás de cada plato hay una idea clara: demostrar que la alta cocina no necesita manteles de hilo ni lámparas de araña. López defiende que se puede vivir una experiencia gastronómica única en cualquier lugar, desde una villa en la costa hasta una casa familiar. Solo hacen falta sus manos, su creatividad y un comensal dispuesto a dejarse llevar.
De los fogones a la libertad del chef privado
La historia de López arranca en 2008, cuando decidió que su futuro estaba en los fogones. No fue un camino improvisado: se formó en la Escuela Superior de Hostelería y Turismo de Madrid, donde pasó cuatro años entre clases, prácticas y exámenes que olían a caldos, sofritos y mantequilla clarificada. Allí completó un grado superior en Dirección de Cocina, y dio sus primeros pasos en un oficio que exige cabeza fría y manos rápidas.
Su carrera lo llevó pronto a restaurantes con estrella Michelin y hoteles cinco estrellas, templos de la alta cocina donde se aprende excelencia a base de disciplina. Brillaban los platos, sí, pero también pesaban los turnos interminables y la presión constante. “Había días en los que la pasión se apagaba entre jefes y horarios que parecían no acabar nunca”, recuerda.
Ese desencanto fue el motor de un cambio radical: en 2022 decidió dar el salto, dejar atrás la rigidez de la hostelería clásica y lanzarse a un territorio mucho más libre, el del chef privado. Un sector en auge que no solo le devolvió la creatividad, sino también la posibilidad de decidir qué, cómo y para quién cocinar.

Tataki de atún rojo elaborado por el chef Daniel López
La cocina como pasión y creatividad
En el universo de López no hay platos repetidos sin alma. Cada receta es un lienzo donde mezcla técnicas modernas con guiños a la tradición. “Siempre intento dar mi toque personal, que no sea un plagio. El objetivo es sorprender y emocionar”, asegura. Y lo consigue con propuestas que van desde un ramen de wagyu hasta una lasaña de carrillada, pasando por su famoso canelón de cigala o una paella de langosta con huevos fritos.
Su investigación es constante: esferificaciones, campanas de humo, técnicas de sushi reinventadas o incluso el reto de jugar con nitrógeno líquido. Pero por encima de todo, López reivindica el producto de calidad, con un cariño especial por su tierra. Almería no solo es su origen, también es su despensa: tomates de sabor intenso, pescados que llegan directos de la lonja, hortalizas de invernadero que viajan por el mundo. “El sabor auténtico siempre empieza en el origen”, dice. Y ese origen, en gran parte, huele y sabe a Almería.

Paella de langosta con huevos fritos
Experiencias de lujo y anécdotas únicas
En la agenda de Daniel hay clientes que podrían llenar una alfombra roja: la propia familia real española, el jugador inglés de rugby C. Lawes, la cantante mexicana Dan Abedrop o empresarios internacionales que prefieren la discreción de una cena privada antes que el bullicio de un restaurante. Pero él lo tiene claro: “Al final, todos son comensales. Lo importante es darles una experiencia única, adaptada a lo que buscan”.
Entre esas experiencias destaca una que todavía recuerda con intensidad: ocho días cocinando sin pausa para una familia americana en Jávea. Desayunos, cenas y menús completos, con la dificultad añadida de encontrar ciertos ingredientes en plena temporada turística. Un reto logístico y creativo que superó con nota. La recompensa no fue solo económica: “Cuando te agradecen con un detalle o con palabras sinceras, eso vale más que cualquier propina. Es entonces cuando sabes que todo el esfuerzo ha merecido la pena”.
Mirando hacia el futuro
Aunque su base está en Almería, la brújula de Daniel apunta mucho más lejos. Sus cuchillos ya tienen billetes reservados para Italia y Arabia Saudí, y cada vez son más los clientes extranjeros que lo buscan para transformar sus estancias en experiencias gastronómicas. También colabora con plataformas como Airbnb, donde cualquiera puede contratar sus servicios en una villa, una casa privada o incluso en destinos inesperados. “El futuro está en la movilidad: llevar mi cocina allá donde me necesiten, sea en España o en el extranjero”, asegura.
Lo suyo no es atarse a un restaurante ni vivir bajo la rigidez de un local fijo. Su terreno de juego es otro: la intimidad de una mesa, el reto de un cliente exigente, la sorpresa de un menú pensado solo para esa ocasión. “En este sector se puede vivir bien, pero hace falta dar con la fórmula correcta. Lo mío es cocinar experiencias”, afirma con convicción.
Y quizá ahí está su mayor éxito: haber encontrado la libertad que muchos cocineros persiguen. Daniel López no sirve menús, sirve recuerdos. Su cocina viaja, se adapta y se reinventa, pero siempre deja una marca. Porque al final, cuando se apaga el fuego y se recoge la mesa, queda lo más importante: la memoria de un momento irrepetible. Y esa, en su caso, es la receta perfecta.

Daniel López en su tierra, Almería