Por fin, Almería tiene su propio whisky. Y no uno cualquiera: artesanal, single malt, madurado a los pies de Sierra Nevada, nacido del esfuerzo, el coraje y el amor por la tierra de dos almerienses que un día decidieron cambiarlo todo.

"¿Y si lo intentamos?"

Todo arrancó con una idea que parecía solo una pequeña afición: hacer cerveza en casa. José Manuel y Concha, almerienses de nacimiento y trotamundos por vocación, llevaban años experimentando con lúpulos y maltas en su cocina. “Donde haces un puchero, puedes cocer cebada”, recuerda Concha entre risas, aunque entonces, ni en sueños, imaginaban que acabarían fundando la primera destilería-cervecería de España.

Hoy, desde Fondón, a 848 metros de altitud, rodeados de montañas y silencio, no solo elaboran cervezas premiadas, ginebras con mandarinas de Gádor o aguardientes de frutas del Andarax: han creado el primer whisky 100% almeriense, que en 2025 ya ha sido reconocido internacionalmente. “Era el paso natural. Teníamos la materia prima, el conocimiento y, sobre todo, el tiempo. Solo faltaba esperar”, confiesan. Pero llegar hasta aquí no ha sido fácil.

Una fábrica, a pleno rendimiento y muy peculiar

¿Te imaginas meter la cabeza en un saco gigante de cereales? Algo parecido ocurre cuando cruzas por primera vez las puertas de la fábrica de cerveza y destilados NEVADA en Fondón. El olor a malta tostada, a fermentación viva, te envuelve como una caricia densa, cálida, casi primitiva.

Uno espera encontrar lo típico en una fábrica: ruido de máquinas, operarios corriendo, movimiento constante. Pero aquí, en esta pequeña industria alpujarreña, nada es lo que parece.

Al fondo de la sala, entre calderas y tuberías, hay solo una figura en movimiento: José Manuel, que parece un druida moderno, absorto en su poción de cebada y secretos. Remueve, ajusta válvulas, sube y baja escaleras sin perder de vista el corazón palpitante de la fábrica.

“Cuando estamos elaborando cerveza no podemos despistarnos ni un segundo. Un pequeño error podría echar a perder todo el trabajo”, susurra Concha, su socia, su compañera de vida y de empresa.

Del Casablanca a las barricas

José Manuel Sánchez y Concha Villegas no eran unos desconocidos en Almería. Durante años, fueron parte del bar Casablanca, un icono en la ciudad y epicentro de lo que se conoció como 'la movida almeriense', si es que la hubo. Tras una etapa laboral en Madrid —él en marketing en una gran cadena de supermercados, y ella en la educación— la vida les dio un vuelco: un ERE los dejó sin rumbo... y con una pregunta en la cabeza.

“Cuando tienes cierta edad, encontrar trabajo es casi un imposible". Pero había algo más, esa llamada de la tierra que pese a no hacer ruido se siente. Esas ganas de estar en familia de volver a tus raíces.

José Manuel es de Níjar, y Concha de Fondón. Tras veinte años fuera, la distancia pesaba. “Nuestros padres envejecían. Al principio no lo notábamos, pero con el tiempo... la necesidad de volver fue creciendo. Queríamos estar cerca. Y también queríamos hacer algo nuestro, algo que tuviera sentido”.

Fondón: un lugar, un origen

Buscaron casa en muchos rincones de la provincia, pero hubo un detalle que lo cambió todo: el agua. “En la cerveza, el agua es fundamental. Y el agua de Fondón es espectacular”. Como si el destino también empujara, justo entonces una antigua fábrica municipal quedaba libre. Se presentaron al concurso público… y lo ganaron.

Así nació Cervezas y Destilados del Sur, bajo la marca NEVADA, un homenaje a su entorno. Desde el principio, apostaron por hacerlo bien: sin atajos, sin extractos, sin estabilizantes, sin colorantes. Solo ingredientes naturales, procesos respetuosos y una máxima inquebrantable: si puede ser de Fondón, será de Fondón. Si no, de la Alpujarra. Después de Almería. Luego Andalucía. Y solo si no queda más remedio, del resto del mundo.

“Nos gusta la economía circular, el producto de cercanía. Porque creemos que se puede hacer de otra forma, más honesta y más humana”, explican.

Pandemia, miedo… y unos vecinos que responden

Con las barricas llenas de su primera producción cervecera, el mundo se paralizó. La pandemia llegó como un mazazo. “Fue muy duro”, dicen sin rodeos. “Los bares cerrados, la gente confinada… y nosotros con todo el producto recién hecho”. Pero en Fondón ocurrió algo inesperado: el boca a boca. La solidaridad. La comunidad.

“La gente empezó a venir a comprarnos directamente. Nos conocían, nos apoyaron. Eso fue un milagro. Y nos salvó”.

Desde entonces, NEVADA no ha dejado de crecer. Hoy producen seis estilos de cerveza 100% malta —dos de ellas premiadas en concursos internacionales—, cuatro tipos de ginebra, anís, aguardientes… y ahora, whisky.

El whisky almeriense: una joya inesperada

NEVADA destila aguardiente 100% malta, que madura lentamente en barricas de roble americano tipo quarter cask, a los pies de la Sierra Nevada. Es un whisky artesanal, single malt y single cask, el primero de su clase nacido en tierras almerienses. 

Pero más allá de los reconocimientos, hay algo más valioso: el alma. “Esto no es una cadena de producción. Aquí no hay prisas. El tiempo es nuestro mejor ingrediente”, dice José Manuel, mientras revisa con mimo la que será la próxima producción cervecera.

Un templo del buen hacer

En un país donde las cervecerías y las destilerías suelen ir por caminos separados, NEVADA es una rara avis. Aquí todo convive: los alambiques junto a los tanques de fermentación. El anís junto a la IPA. El whisky junto al lúpulo.

Son la única cervecería-destilería artesanal registrada en España. Elaboran seis estilos de cerveza 100% malta —dos de ellas galardonadas internacionalmente—, cuatro tipos de ginebra, anís, aguardientes con frutas y cítricos locales, y ahora, su última joya: el primer whisky 100% almeriense.

Un whisky single malt y single cask, elaborado con malta propia y madurado en barricas quarter cask de roble americano, a los pies de Sierra Nevada. En 2025, ya ha sido reconocido con una medalla de bronce en el Barcelona Beer Challenge. Y esto no es un punto de llegada: es solo el comienzo.

Lo que diferencia a NEVADA no es solo su whisky. Es su filosofía. Su compromiso con lo artesanal, lo natural, lo auténtico. Su tienda —abierta al público— ofrece una experiencia completa. Y los fines de semana, con reserva previa, es posible vivir una inmersión total en el mundo de la ginebra o la cerveza, con cata incluida.

Premios nacionales e internacionales

El trabajo constante y el mimo en cada detalle han dado sus frutos. NEVADA acumula un palmarés envidiable:

Estos premios son un reflejo de lo que hacen: sin colorantes, sin extractos, sin estabilizantes ni concentrados. Ingredientes naturales, procesos limpios y un respeto absoluto por los tiempos de maduración.

Una historia que se bebe a sorbos

NEVADA es más que una empresa familiar. Es un proyecto de vida. Un regreso a las raíces. Un ejemplo de cómo desde lo pequeño se puede construir algo grande, honesto y con identidad.

“Esto no es una cadena de producción. Es todo lo que somos y todo lo que queremos dejar en este mundo”, dicen esta pareja de almerienses.

Y mientras las barricas siguen respirando lentamente, en ese rincón silencioso de la Alpujarra, José Manuel sigue removiendo su caldero con la misma pasión del primer día. Porque hay sueños que no se persiguen. Se fermentan. Se destilan. Y se celebran, a sorbos.