La frescura de la huerta, el secreto mejor guardado de este restaurante
En 2025, Villa Cadima disminuirá su impacto ambiental apostando por ingredientes de kilómetro cero

Invernaderos de Agrícola Salmerón López, donde se cultivan los tomates Baby Pera Bio Camelot, a solo 0,5 km del restaurante Villa Cadima.
El compromiso con la sostenibilidad y el uso de ingredientes de proximidad está marcando el rumbo de los restaurantes que priorizan una experiencia gastronómica auténtica y respetuosa con el entorno. En esta línea, Villa Cadima ha asumido un ambicioso reto para este 2025, apostando por consumir un 90% de productos procedentes de Almería en su cocina, lo que reafirma su esencia de trabajo basada en el respeto por los productores y la calidad de los ingredientes.
Origen
Detrás de este proyecto se encuentra un grupo de jóvenes empresarios con una profunda pasión por la gastronomía y un firme compromiso con el medioambiente. Se abastecen de productos frescos de Almería y han decidido dar un paso adelante con la creación de su propio huerto experimental, donde cultivan una amplia variedad de hortalizas y hierbas aromáticas. Este espacio les da acceso a ingredientes de temporada con un nivel de frescura excepcional y, a su vez, ayuda a reducir la huella de carbono asociada al transporte de alimentos. Para cerrar el ciclo de producción de una manera más sostenible, han implementado un sistema de compostaje que reaprovecha los restos orgánicos generados en la cocina y devuelve nutrientes a la tierra.
Esencia
El restaurante rinde homenaje a los sabores de la tierra con una propuesta gastronómica en la que los productos almerienses adquieren todo el protagonismo. La creatividad y la dedicación de sus chefs se reflejan en cada plato, donde se realzan los sabores originales de los ingredientes. Además, en la carta, que se complementa con un maridaje de vinos locales, se pueden encontrar desde ensaladas frescas y llenas de matices hasta carnes preparadas con técnicas que respetan la esencia de la materia prima y resaltan su autenticidad y calidad.
"Queremos que nuestros comensales disfruten de una buena comida y, al mismo tiempo, se sientan conectados con la tierra y los productores que hacen posible estos sabores", explica el chef del restaurante. "Cada bocado cuenta una historia, y estamos aquí para contar la de Almería".
Un claro ejemplo de esta filosofía es la colaboración con Agrícola Salmerón López, cuyos invernaderos, situados a tan solo 0,5 km del restaurante, producen los tomates Baby Pera Bio Camelot, un ingrediente esencial en muchas de sus creaciones. La cercanía de estos cultivos facilita el uso de ingredientes recolectados en su punto óptimo de maduración, lo que aporta una frescura y una calidad difícilmente alcanzables con ingredientes que han recorrido largas distancias antes de llegar a la cocina.
Esta apuesta decidida por la proximidad, el respeto por el producto y la excelencia gastronómica ha convertido a Villa Cadima en un destino imprescindible para quienes valoran la buena mesa y apoyan una forma de consumo más consciente y sostenible. Si aún no has tenido la oportunidad de conocer el espacio, este año puede ser la ocasión perfecta para descubrir una propuesta que celebra la esencia de Almería en cada plato.