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Adiós a las colas de los roscones: cierra esta famosa pastelería de Almería

El centro de la ciudad pierde una pastelería con más de 30 años de historia

La pastelería La Gracia de Dios, en la calle Regocijos de Almería.

La pastelería La Gracia de Dios, en la calle Regocijos de Almería.

Álvaro Hernández
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El 1 de febrero de 1992 abría sus puertas, a solo un par de minutos de la Puerta de Purchena, una pastelería familiar que llegó a tener sucursal en la Avenida de la Estación en su momento de máximo esplendor y que bajo un religioso nombre congregaba colas a sus puertas en Cuaresma, Semana Santa y, sobre todo, víspera de Reyes. Y todo ello en pasado, porque Almería ha perdido un dulce rincón: La Gracia de Dios ha cerrado.

Situada en la calle Regocijos, y tras soplar 33 velas, la pastelería bajaba la persiana para siempre el pasado 28 de febrero. El motivo no es otro que la jubilación de José Antonio López, el pastelero que se ha llevado su vida entre masas, hojaldres, crema y, sobre todo, mucho azúcar.

Se abre una nueva etapa. La Gracia de Dios se traspasa, para que alguien pueda seguir ofreciendo pan, empanadillas, rollos de bizcocho y croissants a los vecinos de El Quemadero y El Santo que pasaban a diario por la puerta de este pequeño local con olor a meriendas de infancia.

Pero, sobre todo, lo que Almería echará de menos es lo inminente y lo que acaba de pasar. Los roscos fritos de Semana Santa, los buñuelos de estas fechas, las torrijas e incluso los Josefinos, un dulce creado recientemente a propuesta de don Ramón Garrido y que llevó al propio obispo de Almería, Antonio Gómez Cantero, a visitar este obrador.

El obispo de Almería, Antonio Gómez Cantero, en el obrador de La Gracia de Dios.

El obispo de Almería, Antonio Gómez Cantero, en el obrador de La Gracia de Dios.

Eso, lo que está por venir. Y lo reciente, los roscones de reyes. Ese dulce que ahora abunda en los refrigeradores de los supermercados a precio de saldo sigue estando elevado a la categoría de joya de orfebrería en las pastelerías, y una de ellas era hasta la pasada Navidad 'La Gracia de Dios'.

Las colas de la calle Regocijos las recogía, hace décadas, Juan Torrijos en las páginas de este periódico. Y se repitieron hasta la última Navidad, hasta ese 6 de enero de 2025 que quedará grabado en la historia del día a día de la calle Regocijos como la última jornada que ahí se vendieron roscones de Reyes. Al menos, mientras la pastelería encuentre nuevo propietario.

Ahora, la familia que hasta hace tan solo unos días ha elaborado y vendido productos dulces y salados presentes en las cocinas de no pocas casas almerienses, José Antonio López y Mari Carmen Sánchez, pasan a disfrutar de un merecido descanso al tiempo que dejan a unos cuantos huérfanos que tendrán que recordar los roscones de La Gracia de Dios... y mucho más.

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