La Diputación Provincial de Almería sigue dando pasos para que el Museo del Realismo Español Contemporáneo (MUREC) pueda contar con oferta hostelera. Y es que, después de que la Comisión de Patrimonio de la Junta de Andalucía diera luz verde a esta intención de poner en marcha este espacio en la planta baja del edificio que en su día diseñara Enrique López Rull, la administración provincial ha solicitado la calificación ambiental para poner en marcha un establecimiento de hostelería con música hasta 85 dBA.

Para conseguir el permiso por parte de la Gerencia de Urbanismo para esta actividad primero tienen que pasar los 20 días reglamentarios en los que aquellos que se sientan perjudicados pueden presentar las alegaciones que consideren oportunas.

Aunque esto no es más que un trámite administrativo, lo cierto es que es un paso ineludible para que llegue la restauración a este espacio museístico. Es más, desde la Diputación Provincial de Almería ya tienen preparados los siguientes pasos a seguir.

Obras de adecuación 

Una vez que se tenga el permiso municipal, será la propia institución provincial la que acometa la obra de adecuación de este espacio para acoger un restaurante.

De esta manera, se garantiza que la distribución se corresponderá con la idea con la que cuenta la entidad y la Fundación Ibáñez-Cosentino que gestiona el museo.

Ya realizada esta obra, será el momento en el que se procederá a abrir concurso público para optar a la gestión de este espacio gastronómico. Un establecimiento que se pretende que esté a la altura de la calidad de las obras que hay en el interior del museo, y más teniendo en cuenta el espacio en el que se encuentra.

La intención de la Diputación Provincial, aunque todo dependerá de la prisa que se den en las gestiones administrativas principalmente, es que a lo largo de este año 2025 todo quede listo para la apertura del restaurante.

Este edificio en el que se autoriza la actividad hostelera consta sobre rasante de planta baja y primera y bajo rasante de planta semisótano y será la planta baja la que albergará el establecimiento hostelero.

La estancia diáfana existente, que se utilizará como comedor, no sufrirá ninguna modificación relevante, salvo la ampliación de luminarias, colocación de mobiliario y ejecución de techo acústico, según se explicaba en la documentación presentada ante la Comisión Provincial de Patrimonio.

La estancia que hay antes de esta se adaptará como cocina “tirando el tabique que la separa del salón, para poder ampliar el espacio y colocar una barra de apoyo a la cocina”.

Así, y conforme a lo proyectado, será una cocina “semi abierta”, ya que “tendrá tabiques a los lados y sólo habrá un espacio central de paso de comunicación de la barra con la cocina”.

También se cambiará el cuadro eléctrico y la electricidad, “dando cabida a muchos más circuitos como previsión de las maquinarias y electrodomésticos industriales que van a poder instalarse en dicha cocina y barra”.

Climatización

Dentro de esos planes presentados ante Cultura de la Junta de Andalucía, se hablaba de que la climatización existente funciona correctamente y “puede satisfacer con creces la demanda del comedor”, si bien se implantará una instalación de ventilación, “incluyendo un recuperador de calor”.

En cuanto a la fontanería y saneamiento se conectará a la red existente ya que los aseos de planta semisótano cuentan con dicha instalación. Se colocará salida de humos que subirá hasta la cubierta por un patinillo de instalaciones que hay anexo a la cocina y el hueco del ascensor.

Todo está ya preparado para cuando consigan los permisos, poder hacer los trabajos.