"Roquetas no es lo que es por el Espíritu Santo. Roquetas es lo que es por el trabajo y el sacrificio de mucha gente".  Con esa frase, directa y sin rodeos, arrancó hoy la inauguración del Museo Histórico Casa Anita el propio alcalde, Gabriel Amat. La inauguración de un espacio que ha formado parte de la historia roquetera, y con ella, también, un sentimiento compartido por quienes han visto crecer este municipio paso a paso, invernadero a invernadero, ladrillo a ladrillo.

En la puerta del museo, ya lleno de curiosos y vecinos con ganas de recordar, el alcalde Gabriel Amat insistió en algo que muchos comparten pero pocos dicen tan claro "hay una historia que no puede perderse. Los jóvenes tienen que conocer el camino que ha traído a Roquetas hasta aquí, que entiendan qué significa el Monumento de la Peseta, de dónde viene todo lo que hoy damos por hecho. Queremos que nuestros nietos sepan de dónde venimos", decía entre aplausos, agradeciendo también el esfuerzo de quienes han trabajado para que este proyecto salga adelante y recordando que, cuando las cosas se hacen con cariño y con intención de acertar, la gente lo nota.

Después tomó la palabra Enrique Martínez Leyva, gerente del proyecto, para explicar lo que el visitante encontrará dentro: un viaje al pasado para entender el presente. Casa Anita —esa casa donde vivió y trabajó una familia que forma parte del ADN roquetero— se convierte ahora, no solo en un museo, sino en todo un observatorio urbano de la ciudad de Roquetas de Mar. Una ciudad que ha sufrido una transformación "única", que cuenta cómo pasamos de ser apenas 3.000 habitantes rodeados de tierra y mar, a ser una ciudad viva con más de 114.000 personas.

Un lugar donde se habla del turismo, de la agricultura, de la llegada de nuevas gentes y de los fundadores de barrios y pueblos; donde maquetas, vídeos y recuerdos reconstruyen aquello que ya no se ve, pero que siempre estuvo ahí.

Hoy Roquetas se detuvo un momento para mirarse al espejo. Para recordar que antes de los hoteles y las avenidas hubo manos sembrando futuro. Para que, quien venga detrás, no olvide nunca de dónde vienen.