Hay días que no amanecen como los demás. Días en los que la ciudad despierta con la piel erizada, sabiendo que algo grande está a punto de suceder. Y hoy es uno de esos. Uno en el que Almería ha empezado la jornada antes de tiempo, envuelta en ese silencio expectante que solo precede a las grandiosas gestas. En la Avenida Federico García Lorca, las luces todavía encendidas han iluminado rostros llenos de nervios, ilusión y respeto. Las mochilas se han ajustado, los relojes se han sincronizado y el murmullo ha ido creciendo hasta romperse en un aplauso unánime. Entonces, los cañonazos han rasgado la madrugada y miles de pasos han comenzado a escribir una historia de esfuerzo, arena y corazón: la de La Desértica 2025.

La séptima edición de la carrera, organizada por La Legión con el apoyo de la Diputación Provincial de Almería, el Ayuntamiento de Almería, el Ayuntamiento de Roquetas de Mar y otras instituciones, ha reunido a 7.300 participantes dispuestos a desafiar sus límites en una de las pruebas más duras y admiradas del calendario nacional. La mañana ha arrancado con un ambiente vibrante en la Avenida Federico García Lorca, donde la Banda de Guerra del Tercer Tercio de La Legión ha marcado el ritmo de una salida que ha puesto la piel de gallina a los presentes. Primero, a las 8:00 horas, han partido los 2.950 ciclistas de montaña (110 km), seguidos por la segunda salida, a las 8:30 horas, protagonizada por las e-bikes y los gravel (120 km), y finalmente, la tercera, a las 9:00 horas, con los 4.200 marchadores (70 km) que han iniciado su aventura a pie rumbo a Roquetas de Mar. A lo largo del recorrido, 18 puntos de avituallamiento y un despliegue de más de 1.000 legionarios y 170 vehículos son los que acompañan a los participantes en una jornada marcada por la exigencia, la camaradería y el orgullo de sentirse parte de algo grande.

Y así, entre emoción, disciplina y orgullo compartido, La Desértica 2025 ha vuelto a ponerse en marcha. Porque no es solo una prueba de ultrafondo: es una demostración colectiva de superación y unidad. Una carrera que vuelve a poner a toda la provincia en marcha, que llena de emoción las calles y que recuerda que en Almería hay días —como este— en los que el esfuerzo se convierte en leyenda.