Los colores han estallado en el escenario del Teatro Apolo. Han brillado los volantes cosidos con mimo, los lunares diminutos, los fajines ajustados con gracia, las flores que han coronado cabecitas y las chaquetillas cortas que han recordado a los grandes del toreo. Ha habido trajes heredados, con olor a tradición y vestidos caseros, con puntadas de madres y abuelas. Y todos, absolutamente todos, han convertido la pasarela en un pellizco de Feria convertido en sonrisa.

El Concurso Infantil de Trajes de Flamenco y de Corto, organizado por LA VOZ DE ALMERÍA y Radiolé y presentado por Rosalía Navarro, se ha celebrado este miércoles de Feria. Y allí, los más pequeños han demostrado que el alma festiva también late en sus pasos cortitos, en sus giros tímidos pero valientes, en su manera inocente de pisar con fuerza. No ha sido un concurso más: ha sido una declaración de amor a la tradición a través de sus herederos más pequeños.

El jurado ha estado a la altura del arte que se ha visto sobre las tablas: Ana Belén Torres (presidenta y representante de LA VOZ), Ana Soriano (profesora de baile), Ángela Nicolás (gerente de Tejidos Violeta) y Curro Ruiz (diseñador de moda flamenca). Todos han coincidido en lo mismo: la decisión ha sido dificilísima porque cada niño ha desbordado simpatía y estilo.

Los premios se han repartido en distintas categorías, gracias a la colaboración de Artesanía El Rocío, Curro Ruiz, Decroly Kids, Tejidos Violeta y Nube Rosa Moda Infantil. En flamenca, las pequeñas han lucido con orgullo sus mantoncillos y flores. En corto, los niños han mostrado elegancia y porte. Los tres galardones de LA VOZ se los han llevado Leire García Muñoz (primer premio), Mar Lara Jiménez (segundo) y Laura López Martínez (tercero). Este año, además, se han entregado dos premios a la Flamenca Especial Curro Ruiz: la 'Vacante 2024', ya que el año pasado no se reclamó el premio, ha recaído en Macarena Santiago Fernández, y la 'Flamenca Especial Curro Ruiz 2025' en Daniela Ortega, reconocida por su “elegancia”, con un diseño de 'Artesanía El Rocío'.

Pero más allá de los nombres, lo que ha reinado ha sido la alegría. Cada participante ha subido al escenario con la ilusión de sentirse protagonista de la Feria. Para muchos ha sido la primera vez frente a los focos. Y lo han hecho con la naturalidad de quien lleva el arte en la sangre.

El concurso ha dejado estampas inolvidables: niñas que han girado sus faldas como olas, pequeños que han saludado como si estuvieran en la plaza mayor, hermanos que han desfilado de la mano, y trajes cosidos en casa que han brillado como los más caros. Había puntadas de abuela, flores hechas a mano y volantes que habían nacido en las mesas camillas. La emoción estaba en los tejidos tanto como en las caras.

Entre sonrisas, fotos y abrazos se ha demostrado que la Feria no entiende de edades. Con este concurso, LA VOZ y Radiolé han regalado un escenario donde los niños han sido flamencos de pies a cabeza. Un espacio en el que la tradición ha pasado de mano en mano, de aguja en aguja, de generación en generación. Y así, en pleno corazón de Almería, los lunares, los fajines y las flores han tenido voz propia. Una voz inocente, fresca, que ha recordado a todos que el futuro del flamenco también se cose con hilos pequeños.