La Almunya del Sur invita a quien la visite a adentrarse en un refugio de calma y diversidad en medio del intenso paisaje agrícola de la comarca. Con sus 2.500 m², este jardín de inspiración andalusí — o, como lo llaman sus visitantes, “un oasis entre el mar de plástico”— despliega una colección de árboles frutales y plantas procedentes de muy distintos rincones del planeta, todas ellas armonizadas bajo criterios de sostenibilidad y respeto al entorno.

Desde sus fuentes y estanques, el agua susurra un papel protagonista: riega, refresca y conecta cada rincón del recinto, ofreciendo un recorrido donde el sonido y el tacto se integran con el aroma de la hierba y el canto de las aves. Un entramado de senderos conduce al visitante a sumergirse en sensaciones que van desde el crujir de la grava bajo los pasos hasta el contraste de colores.

“Al final, el jardín es un laboratorio. Estás trabajando con plantas, con seres vivos y viendo cómo funcionan, cómo se comportan...”, aclara Carlos Collado, su propietario, que lamenta la poca cultura en torno a las plantas que hay en el país. “Desde pequeños nos enseñan lo importantes y diversos que son los animales, pero eso no existe con las plantas, que son igual o más importantes. Aquí intentamos concienciar a los niños que nos visitan”.

Situado en Tarambana, El Ejido, La Almunya no es sólo un jardín para contemplar: es un aula viva. A lo largo del año, organiza talleres de cultivo ecológico, cursos de fotografía botánica, sesiones de pintura al aire libre, e incluso representaciones teatrales y conciertos en medio de sus pasillos verdes. Colabora estrechamente con la Universidad de Almería, sirviendo de base para prácticas de botánica y aportando ejemplares al herbario universitario, además de investigar métodos de multiplicación de especies locales y carnívoras junto al Centro de Colecciones Científicas.

Su compromiso medioambiental alcanza también a la fauna: participa en un programa de recuperación del fartet y la ranita meridional, dos tesoros autóctonos amenazados, y forma parte de la Red de Jardines del Mediterráneo. Certificado por SICTED como un punto de interés turístico de calidad, La Almunya del Sur abrió sus puertas hace ya diez años, acogiendo cada año a más de 5.000 visitantes que, libres o en visitas guiadas, descubren la riqueza de un espacio concebido para educar, proteger y emocionar.