El esfuerzo en incorporación de tecnología y en la mejora de la gestión ha permitido que los agricultores almerienses se hayan convertido en los que mejor uso hacen del agua en el país. En los dos últimos años esa incorporación de técnicas avanzadas ha provocado un descenso del consumo que está en torno al 14 por ciento, según los datos recogidos por la Federación Nacional de Regantes (Fenacore).

El presidente de la Federación de Regantes de Almería (Feral), José Antonio Fernández, señala que desde hace años se realiza un esfuerzo importante por reducir los consumos “por una parte porque somos conscientes de que es escasa, y por otra porque debido a lo anterior es también un agua por la que tenemos que pagar precios más elevados que en cualquier otra zona”.

Más cultivos
El problema radica en que siendo importante el ahorro, cuantificado en el entorno de los 50 hectómetros cúbicos sólo en los dos últimos años, “seguimos incrementando la extensión de zonas cultivadas y, por tanto, aumentando la demanda hasta niveles difícilmente soportables para Almería”.

Fernández afirma que ese ahorro, el mayor de los que se han registrado en España, supone un esfuerzo en la incorporación de técnicas y equipos de racionalización del uso “de forma que aportamos a la planta estrictamente lo que necesita, aprovechando el recurso al cien por cien”.

Situación crítica
Como reconoce el presidente de los regantes almerienses, el problema es que con el incremento de superficies regadas el déficit no ha dejado de crecer: “ahorramos mucha agua en comparaciones con etapas anteriores, pero la demanda no ha dejado de crecer en ningún momento y los datos sobre la situación de los acuíferos no dejan lugar a dudas y reflejan un déficit de casi 150 hectómetros cúbicos, sólo en las aguas subterráneas”.

El informe elaborado por la Agencia Andaluza del Agua especifica que el déficit hídrico que acumula Almería, sólo en lo que se refiere a las masas de aguas subterráneas, asciende a casi 150 hectómetros cúbicos: esos sistemas ofrecen 350 hectómetros cúbicos de agua, pero se están extrayendo en la actualidad hasta 489, provocando un déficit difícil de equilibrar si se mantiene la tónica actual.

Aportes externos
La única solución, según apuntan desde Feral, además de ahorrar agua en los regadíos o de aprovechar la totalidad de las aguas residuales depuradas, es incrementar los aportes externos, bien por medio de nuevos trasvases o bien desde la depuración. El problema en ambos casos es que los costes por metro cúbico son muy superiores a los de las aguas subterráneas y, aún más de las aguas superficiales de rios o de fuentes naturales.

El verano se plantea como un serio problema si se cumplen las previsiones de ausencia de lluvias, porque puede agudizarse el problema.