El primer tiempo disputado por el Almería, de los mejores de la actual campaña, es un ejemplo ideal de porqué hasta los más sabios patinan cuando de analizar el fútbol se trata.
Los jugadores locales salen despiertos, mentalizados, concienciados y dispuestos a resolver la papeleta por la vía rápida. En el primer minuto Fidel deja a Pozo sólo ante el meta rival y éste envía la pelota al muñeco.
Cuatro después Fernando Soriano tiene que hacer un cambio por lesión de Fran Vélez, entra Diamanka.
No se amilanan los locales y en el 7 nuevamente Pozo entra solo en el área, pero el control se le va y permite que salve Pelegrín.

Estaba claro que de entrada pintaban bastos para los almerienses. Pero las cosas se torcieron aún más cundo los visitantes aprovechan un desajuste defensivo en banda izquierda para provocar el primer lanzamiento de esquina para Albacar, toca Armando en el primer palo y Ximo, al intentar despejar, marca en propia meta.
Ni la desgracia del gol encajado, ni la adversidad hacen mella en los de Soriano que se van descaradamente a por Elche, lo encierra en su área y el campo se inclina escandalosamente hacia la meta de Juan Carlos. Avisa Quique en el 19, pero salva el meta ilicitano y al filo de la media hora Fidel asiste a Nano, centro medido del lateral y Antonio Puertas que aparece majestuoso, imparable y poderoso para conectar un gran cabezazo en el punto de penalti que vale para el empate.

El Almería no se conforma sigue llevando el peso del encuentro, acosa la zona de atrás de los visitantes y se acercan al segundo. Termina este primer periodo con un error del asistente que señala un fuera de juego inexistente a Quique cuando éste se plantaba sólo en el área. Era previsible que el Almería no pudiera mantener el ritmo, y así fue. Pero mantuvo el control del juego y fruto de ello llegó el segundo obra de Quique al recibir una asistencia de lujo de Fidel.

El Elche estaba obligado a dar un paso adelante y lo dio, con ello facilitó el que los locales pudieran salir a la contra. Lo hicieron, pero les faltó precisión en el último pase o porque el control en el momento culminante, como le ocurrió a Fidel, no fue bueno.

El cuadro ilicitano se mostró incapaz de inquietar a Casto y el partido entró en una dinámica de peligro controlado por los locales que el 83 tuvieron la sentencia que no llegó porque Juan Carlos, el mejor de los suyos salvó a los pies del delantero y Pichichi Quique. Con la justa victoria local se llegó al final. 
La nota negra del partido al final la puso el veratense del Elche, Nino, que dio un pisotón al jugador del Almería, Diamanka, cuando este estaba en el suelo y fue expulsado justamente.