Nunca es tarde si la dicha es buena, es un refrán que indica que la ventura es siempre bien recibida, que nunca es tarde para llevar a cabo algo útil y beneficioso y que cualquier momento es bueno para emprender aquello que haya de reportarnos algún placer o mejora. 
El equipo rojiblanco ha tenido que hacer frente a diecisiete desplazamientos antes de conseguir su primer éxito completo lejos del Estadio Mediterráneo.
Y lo ha hecho en un momento triplemente oportuno. En primer lugar porque la acumulación de empates estaba minorando su reacción; porque granando tenía la opción que luego se confirmó de salir de los puestos de descenso y porque ganar en el campo de El Toralín era dejar tocado, con un sólo punto de ventaja, a su rival; al que además supera en el gol average particular.
Pero además del momento la forma de conseguir la victoria hay que calificarla de brillante, hasta el punto que se puede afirmar sin temor a caer en la exageración que el resultado final fue corto para los merecimiento del Almería que tuvo muy serias opciones de ampliar al tanteo en uno de sus más brillantes despliegues ofensivos de la temporada.

Desbordaron
Los pupilos de El Pipo sorprendieron a la defensa rival con dos estiletes en las bandas que hacían estragos, sobre todo por el lado de Dubarbier; dos medias puntas inteligentes, verticales y con capacidad de desborde que abrieron varias vías de agua en la defensa rival y un Quique que culminó la faena. En el debe, ciertas pérdidas de balón en la medular, la imprecisiones iniciales en la salida de balón de Morcillo y Michel; el conceder demasiadas faltas al borde del área y el dar facilidades en los saques de banda.