Nadie lo dice pero está muy claro. Los profesionales de Goro tienen en sus manos las ilusiones de esos niños que cada día lucen la rojiblanca con sueños de grandeza. Llegar al primer equipo.

Todos sabemos que si el equipo baja el tijeretazo en sueldos no tendrá nombre, pero la cantera se llevaría el golpe más duro y se echaría por tierra el trabajo de cinco años sembrando talento.

En cada triunfo como en cada derrota hay efectos colaterales y no hay un canterano en el Almería que no suspire por los triunfos del equipo grande y los éxitos de Goro. Son los suyos. Es su futuro.

Cada niño con sus padres, hermanos y demás familia, quieren jugar en el Almería y para ello no queda otra que tener al equipo en la Liga Profesional ya que solo así se puede pagar toda la inversión de cantera.

En esta tierra a la cantera se le ha llamado en tiempos de desapariciones y economías al límite, pero con Alfonso García se ha elegido la inversión como pilar básico y esta depende en gran medida de los resultados de la primera plantilla.

Deben de saber los profesionales (y si no lo saben que se lo digan) que se juegan mucho en cada uno de los partidos que le quedan a la temporada. Ya nadie les pide subir a Primera, pero perder la Segunda sería un volver a empezar de fatales consecuencias.

Sería bueno que cada padre de jugador del Almería lo tuviera claro. No les pido que vayan al campo a animar a los mayores ni voy a decir que recen para que no baje el equipo. Pero sepan que no quedaría otro remedio que meterle mano a la cantera si se pierde la Liga Profesional. Serían muy castigados.

La cantera es una ilusión que hay que mimar y cuidar. No deben de olvidar los profesionales del Almería que con el pan de los niños no se juega. Y nos estamos jugando el pan.

Síguenos en Twitter en

Síguenos en Facebook busca Tony Fernández Almería