El efecto Rivera
Mejoría ofensiva y defensiva

Miguel Rivera prepara el partido con el Elche.
Resulta absolutamente incuestionable que antes de llegar Miguel Rivera al banquillo del Almería el equipo venía de perder tres partidos consecutivos y de empatar en casa ante el Tenerife. Un punto de 12 posibles. Además, las vibraciones eran negativas y la moral de la tropa andaba por los suelos. La media de goles encajados en las siete primeras jornadas era de dos tantos por encuentro disputado.
‘Efecto Rivera’
Con la llegada de Miguel Rivera, muchas son las cosas que han cambiado en el equipo y hasta en su entorno, no ha habido ningún milagro, entre otras cosas porque no es Jesús, pero sí una evidente mejoría en todos los órdenes. Para empezar, el equipo se mantiene invicto tras las dos primeras apariciones del técnico malagueño en su banquillo.Ha encajado sólo dos tantos, con lo que ha reducido a la mitad la media. Ha marcado tres goles, uno más de los que había logrado el Almería en sus últimas cuatro citas ligueras anteriores a la llegada del técnico del filial.
Hay ‘efecto Rivera’ no sólo en los números, sino en las sensaciones que el equipo transmite. Ha juntado dos líneas de cuatro que le dan equilibrio, tapa muy bien la zona central de su defensa, los exteriores se sacrifican en apoyo de los laterales y los medios centros están atentos a todos los incendios. Falta mejorar un poco más en las transiciones.