Pese a la pésima planificación y a las numerosas calamidades en forma de lesiones, arbitrajes o mala suerte sufridas por el Betis esta temporada, a cinco jornadas del final de Liga sigue albergando una mínima posibilidad de evitar el más que probable descenso.
En el club trabajan desde hace semanas pensando en un Betis en Segunda, tanto a nivel organizativo como en la gestión deportiva, que acarreará una importante renovación en la plantilla. Pero en el vestuario, pese a lo ocurrido, el mensaje permanece inalterable.
El equipo quiere seguir luchando hasta el último aliento, mientras exista una opción matemática de permanencia por ínfima que sea. Nadie quiere tener que arrepentirse a la larga de haber bajado los brazos y haber perdido la última oportunidad de seguir vivos.
Por ello, Calderón comenzará mañana a preparar la primera de las cinco finales a las que el Betis se enfrentará de aquí al final del campeonato, dos de ellas ante rivales directos como Almería y Valladolid. El Rayo Vallecano será la primera piedra en el camino de los verdiblancos, cuyo objetivo de llegar a este tramo final a cinco o seis puntos de la salvación no ha podido cumplirse.
Los heliopolitanos viajarán tranquilos a Vallecas, sabiendo que aunque cayeran derrotados y el resto de resultados fueran en su contra, aún no podría certificarse su descenso; y con la esperanza de traerse los tres puntos de Madrid y que el Levante, que recibe al Getafe, y el Celta, que viaja a Almería, les permitan seguir en la lucha.

Pendientes del Valladolid

El Valladolid, cuarto en discordia, tendría que recibir este fin de semana al Real Madrid, aunque la final de Copa y la proximidad con las semifinales de Champions han obligado a que el partido se aplace hasta el próximo mes de mayo. Aunque en el Betis, tal y como está la Liga, dan por seguro que los de Ancelotti ganarán en Pucela.
Para obrar el milagro, el Betis necesita ganar los cinco partidos que quedan, sumando así 37 puntos, y que ni Valladolid, con 32, ni Getafe y Almería, con 31 y 30 respectivamente, lleguen a tal cifra. Y aún pueden ganarle el gol average a almerienses y vallisoletanos. La quiniela es prácticamente imposible, pero nadie en el vestuario quiere renunciar. Con el Betis de por medio, cualquier cosa es posible.