Soriano y Ramis se parecen mucho en lo de trabajar a puerta cerrada. Debe ser para poner en práctica cosas tan nuevas y sofisticadas que luego no las vemos sobre el campo. Bueno, más con Ramis que con Soriano.

A estas alturas de la temporada les remito al mensaje de Paco Flores a Soriano cuando tenía 4 partidos la pasada temporada para salvar al equipo. Flores le dijo solo que: “trabaje la mente de los futbolistas”.

Después de toda una Liga en el fango. Repitiendo hasta la saciedad las faltas con el jugador contrario mirando a su campo. Perdiendo la pelota en zona de peligro. Tirando a portería lo justito. Saliendo a verlas venir...

Da lo mismo como esté la puerta. Ya no queda mucho para el final y a veces se gana más enchufando y motivando a los profesionales que llenándole la cabeza de flechas. Están ellos para pensar.

Trabajar la mente es lo único que nos queda para enmendar la plana y seguir en la Liga Profesional. Pensar menos en lo que se juega el rival y más en lo que se nos viene encima si bajamos a Segunda B.

Salir a por los partidos sin importarnos el rival, su clasificación y lo que se juega. Ser dominadores y no dominados. Que la afición lo viva con intensidad y no con un nudo en la garganta.

En boca cerrada como en puerta cerrada no entran moscas pero estoy con la mosca detrás de la oreja viendo que por mucho tiempo que pase los errores de la primera jornada siguen en la 36 y así sucesivamente. Bendita portería a cero que tanto cuesta.

Ramis propone y el jugador dispone. A estas alturas de la competición da igual si el que saca el corner se toca la cabeza o la rodilla. Si el equipo no centra bien y tira poco a portería. Ya no lo vamos a arreglar.

Lo único que ahora tiene arreglo es aferrarse a sumar como una garrapata y dejarse de gaitas. Saliendo al campo con una única misión: ganar. Lo demás ya es tarde.

Sigan los sabios consejos de Paco Flores y vamos a “trabajar la mente” como hizo Soriano en 4 partidos de la pasada temporada porque “del Almería del compromiso” mejor no hablamos.

Basta decirle a los jugadores que no vuelvan al fango.