Ni sonrisas, ni lágrimas
La marcha de Soriano ni fu ni fa

Soriano en su despedida como entrenador del Almería.
Pasan los días en el Almería y nadie se acuerda de Soriano. Es pasado, ya es historia. Reglas del fútbol. Leyes de la vida. Ni los más ‘sorianistas’ del lugar le recuerdan. Así es la vida.
Escribo esto pasados unos días pero con la mente puesta en el día después cuando Fran Fernández tomaba el mando de los entrenamientos y viendo las imágenes en LA VOZ, nadie derramó una lágrima en aquel entrenamiento. Nadie se llevó el pañuelo. Ni a los que tanto defendía les dolía.
La marcha de Soriano en el vestuario, ni fu ni fa, cada uno va a lo suyo. El muerto al hoyo y el vivo al bollo como decimos en Almería y un ‘no llores por mí Argentina’ del cesado entrenador para sus muchachos: estará en la gloria Soriano.
Es la de siempre, A Noé le vamos a hablar de lluvia. Con tantos entrenadores que pasaron por la trituradora y nos vamos a echar ahora las manos a la cabeza.
Pasó Soriano como pasó Francisco o JIM. Sus nombres van a la estadística del club y al valle de los caídos. Poco más cobraron por su trabajo y fueron despedidos.
La culpa fue del ‘cha cha cha’ como dice la canción y a seguir viviendo. “No se ha muerto nadie” decía Soriano en su última rueda de prensa ya como ex-entrenador del Almería. Tiene razón que mire a sus muchachos al día siguiente. Tan panchos.
A Soriano le ayudará mucho su experiencia en el Almería. Mucho. Tengo claro que se aprenderá la lección y tomará medidas severas para que no se vuelvan a repetir errores del pasado.
La plantilla ni fu ni fa. Ellos están exentos de culpa. Indultados siempre. Mimados. Queridos.
Ni sonrisas ni lágrimas en el día después de un jugador/entrenador que ha sido un ejemplo de profesionalidad. Un tipo honesto y trabajador como copos. Un aragonés gigante y cabezudo. Un Míster sin suerte.
Al final será más recordado por su despido tras 27 jornadas que por su gloria de 4 finales salvando al Almería.
Y es que en esto del fútbol al final: ni fu ni fa.