Hoy que ha quedado cerrado el mercado de fichajes. Hoy que vemos todos como al Almería le han metido la pala. Hoy que entendemos como un presidente ‘le pega fuego’ a la plantilla para salvar la LFP, tenemos que reflexionar.

No podemos cargar contra todo lo que nos rodea, entrenador, presidente y jugadores por este orden. Cuando se pierde hay que criticar con fuerza para que se levanten pero sabiendo dirigir las críticas.

Pedirle al presidente que se marche a su casa me parece un canto gratuito cuando todos sabemos en esta tierra que todo lo bueno que hemos vivido ha sido con Alfonso García.

Otros se lo toman peor pero Alfonso dijo en la SER aquello de “el que quiera que venga y se ponga a mandar”, sabiendo que a día de hoy no tiene relevo en el sillón.

No seré yo quien pida su cabeza y respeto al que la pidió. Cada uno tiene su opinión pero con la misma fuerza que se gritaba al palco hay que reconocer que Alfonso García nunca se queda cruzado de brazos.

Sin ser almeriense de nacimiento. Sin vivir en Almería. Sin estar día a día con la afición: lo tiene claro.

Viendo que el proyecto no daba para mantener la categoría ha tirado de TALONARIO y ha remodelado la plantilla con jugadores de un perfil superior a los que tenía Soriano.

Le ha pegado fuego al equipo y ahora lo ha puesto en manos de Soriano para que complete su obra. Nada nos garantiza que con los fichajes conseguidos se vaya a poner la Liga de sombrero pero ha comprado el décimo y nos puede tocar la lotería.

El presidente no está quemado. Ni aburrido. Ni cansado. Es como todos nosotros, de carne y hueso y ante la victoria o ante la derrota reacciona igual.

Alfonso García no es de otra galaxia. Como usted y como yo tiene sus sentimientos y cuando le gritan en la grada mira al cielo para clamar. El fútbol es así.

Ahora nadie le podra pedir que se marche. No le podrán cuestionar que no lo haya intentado. Se habrá equivocado en muchas de sus decisiones pero ha sabido reaccionar.

El presidente ha comprado el décimo. Falta ahora la suerte de la lotería. Cada fichaje es un décimo.

Ojalá que toque.

El premio quedaría repartido entre todos los almerienses.