El triunfo de Joselito en el Cervantes
El 18 de enero de 1957 cantó en Almería y asistió al estreno de su película ‘El pequeño ruiseñor’

Joselito se ve entrando al Casino en compañia de José Tara, entonces presidente de Festejos.
A comienzos de 1957 Almería ultimaba los preparativos para la organización del IV Festival de Cine Español que se iba a celebrar en el Teatro Cervantes. Lo más importante de aquel evento era que con los estrenos de las películas que se presentaban al certamen venían algunos de los actores que las protagonizaban, entre ellos un niño de trece años que empezaba a sonar en todas las emisoras de radio nacionales y se presentaba como ‘el niño prodigio de la música española’.
La llegada a Almería de Joselito fue un gran acontecimiento en aquel mes de enero de 1957 cuando se estaba estrenando su primera película ‘El pequeño ruiseñor’ con gran éxito de público. En aquel tiempo la televisión no había llegado aún a los hogares almerienses, pero el artista que triunfaba en la radio se convertía en un ídolo inmediatamente y Joselito ya se había convertido, en su corta carrera, en un fenómeno gracias sobre todo al éxito de ‘Campanera’, una canción que sonaba a todas horas en las emisoras locales y que era la más solicitada por los oyentes.
Un mes antes, con motivo del Día de la Madre que se celebró en diciembre, Radio Juventud emitió tres programas de discos dedicados a lo largo del día donde el público llamaba para felicitar a las madres y de paso escuchar la canción de moda del momento, que no fue otra que ‘Campanera’, que llegó a repetirse tanto que en dos días la gente ya se la sabía de memoria sin necesidad de tener que comprarse el disco.
El 18 de enero de 1957 fue el día programado para el estreno de ‘El pequeño ruiseñor’, con su protagonista principal como estrella invitada. La proyección fue la última del festival en esa jornada, a las once de la noche, lo que no impidió que más de doscientas personas se congregaran en la puerta del Casino, en el Paseo, para ver de cerca a aquella sorprendente estrella que estaba empezando a brillar en el panorama artístico español. La primera impresión de sus admiradores y de todo el que estaba presente en el acto fue de sorpresa cuando vieron salir de un coche a un niño de trece años que por su físico no aparentaba tener más de siete u ocho años. Joselito apenas se veía al lado de su acompañante, el fornido concejal de Festejos José Tara Hernández, que fue su principal mentor en Almería.
Causó impacto ver a una estrella tan pequeña y también ver su indumentaria que contrastaba con el glamour de las actrices y los actores que participaban en el festival. Joselito iba vestido como si fuera al colegio un día cualquiera: llevaba un trenca azul forrada de cuadros, un jersey azul con camisa blanca, un humilde pantalón de tergal de color marrón y unos zapatos Gorila que ya estaban de moda entonces.
Mientras caminaba hacia el teatro, apenas se veía la sombra de aquel niño rodeado de sus gigantescos acompañantes, pero cuando empezó a proyectarse la película su figura se agrandó de tal forma que el público interrumpió dos veces la proyección para dedicarle sendas ovaciones. Fue un triunfo absoluto que ratificó dos horas después cuando cerca de la una de la madrugada el niño se subió al escenario acompañado por un guitarrista e interpretó algunas canciones de su escaso repertorio, entre ella la de ‘Campanera’, que fue coreada por el respetable que ya se la sabía de memoria.
Aquellos festivales de cine que el Ayuntamiento de Almería patrocinó para potenciar las recién creadas Fiestas de Invierno sirvieron para que la gente del cine descubriera por primera vez las posibilidades cinematográficas de Almería. Juan de Orduña, que fue uno de los directores que pasaron por el certamen, dijo en una entrevista que los paisajes que había visto cuando llegaba en el tren desde Madrid no tenían nada que envidiarle a las famosas estepas americanas de las películas del lejano Oeste.
Un año después de aquellas declaraciones alabando las posibilidades cinematográficas de nuestra tierra llegó a la ciudad uno de los primeros rodajes importantes que se llevó a cabo en Almería. Era una producción franco-española bajo la dirección del cineasta francés André Cayatte, amigo íntimo del señor Orduña, que fue el que le recomendó a su colega los rincones almerienses cuando se disponía a localizar lugares para su película ‘Ojo por ojo’.