Un hombre muere electrocutado en el asentamiento chabolista de Atochares
El dramático suceso tuvo lugar en el poblado de infraviviendas más grande de Almería, en el municipio de Níjar

El cableado eléctrico en Atochares va por la superficie, desamparado ante la lluvia.
La dramática situación de los asentamientos chabolistas en la provincia de Almería alcanzaba esta semana un nuevo nivel. El pasado martes por la tarde, a las 19 horas, el servicio de Emergencias 112 Andalucía recibió una llamada que alertaba del fallecimiento de un hombre en el asentamiento chabolista de Atochares, en Níjar. Hasta el lugar se trasladaron Policía Local y Guardia Civil para confirmar la peor noticia: un joven de 34 años había fallecido electrocutado entre chabolas.
Tal y como confirman a LA VOZ fuentes cercanas al día a día del asentamiento de infraviviendas más grande de la provincia de Almería, el hombre habría estado ilocalizable durante los días previos, hasta que alguien lo encontró en un punto de Atochares, donde había fallecido accidentalmente con uno de los cables que llevan, por medio de enganches, la corriente eléctrica a las chabolas de Atochares.
"Es muy peligroso", comenta Beatriz González, portavoz de la Fundación Almería Tierra Abierta. Precisamente hace unos días, durante la presentación de la Memoria 2024 de Cáritas, el delegado episcopal Juan Antonio Plaza advertía de la situación de las 'calles' de asentamientos, donde los cables cruzan por el suelo y sobre las chabolas creando situaciones peligrosas que no se habían cobrado ninguna víctima mortal. Hasta esta semana.
Desde la Fundación Almería Tierra Abierta denuncian que se trata de "una muerte que se viene a añadir a las que han ocurrido en los últimos años en estos poblados alejados de toda humanidad y de las mínimas garantías de seguridad y de salubridad a las que cualquier ser humano tiene derecho".
Si hasta ahora el problema relativo a los suministros en los asentamientos chabolistas eran los habituales cortes de luz y la falta de fuentes de agua cercanas, la situación escala ahora y provoca la primera muerte accidental por electrocución.
"Esos asentamientos no son tolerables en el siglo XXI, cuando las sociedades hablan de producción, de eficiencia y de sostenibilidad como un modelo capaz de avanzar en el bienestar de las personas, sean de donde sean, vengan de donde vengan, sean del color que sean o practiquen la religión que sus culturas les han enseñado. Las chabolas en las que malviven son un problema para esas personas y un atentado contra los derechos humanos más esenciales, desde la salud al acceso a unas viviendas dignas", protestan desde Almería Tierra Abierta.
De esta forma, el drama de los asentamientos chabolistas y las infraviviendas en la provincia escala y, más allá de la enorme problemática y ausencia total de dignidad por dificultad de acceso a la vivienda, se cobra una vida: ha muerto un hombre de 34 años electrocutado en Atochares.