En una tranquila esquina del centro histórico de Almería, donde la luz dorada de la Plaza de San Pedro se cuela entre las fachadas, acaba de abrir sus puertas un nuevo espacio que ya se ha convertido en conversación habitual entre vecinos y lectores: el Cementerio de Libros Olvidados. Una librería de segunda mano con alma propia, situada en la calle Plácido Langle, que apuesta por devolver la vida a miles de ejemplares a un precio único: tres euros.

Detrás del proyecto están Antonio y Óscar, dos amantes de la lectura profundamente ligados a la ciudad. Antonio impulsa la iniciativa desde hace años, mientras que Óscar es el rostro que recibe a diario a quienes cruzan la puerta: atento, paciente y con esa facilidad casi instintiva para recomendar el libro exacto que cada lector necesita.

Una apertura recibida con cariño en Almería capital 

Apenas ha pasado un mes desde que levantaron la persiana, pero la respuesta —cuentan— ha sido “cálida y llena de curiosidad”. Desde el primer día, por la pequeña tienda desfilan jóvenes almerienses que descubren la lectura, lectores veteranos en busca de un título perdido y paseantes que se dejan sorprender entre las estanterías repletas de historias.

El espacio, decorado con rincones acogedores y estanterías que parecen abrazar al visitante, se ha convertido en un pequeño refugio literario dentro del bullicio sereno del centro urbano.

Una premisa clara con un precio único de tres euros

La esencia de la librería, explican sus fundadores, es sencilla pero profunda: ofrecer a los lectores un lugar donde reencontrarse con el placer de un libro usado, con ese olor a papel que ya ha viajado por otras manos, y con la emoción de descubrir tesoros literarios inesperados.

Todo ello bajo una premisa clara: precio único de tres euros, sin tasaciones individuales y con un sistema sostenible de intercambio. Los libros llegan principalmente de particulares que vacían estanterías, heredan bibliotecas o buscan dar una segunda vida a sus ejemplares. La tienda los revisa, limpia, clasifica y los convierte en oportunidades nuevas.

“Es casi un alquiler literario”, explican. “Si traes un libro y te llevas otro, la diferencia real son 2,75 euros. Queremos que leer sea accesible para todos”.

Un homenaje directo a Carlos Ruiz Zafón

El nombre Cementerio de Libros Olvidados no es casual. Se trata de un homenaje explícito al universo literario de Carlos Ruiz Zafón. Como en sus novelas, este comercio pretende ser un lugar donde las historias extraviadas esperan a su lector ideal: un espacio silencioso, casi sagrado, donde cada visita es un acto de rescate. “Nos gusta pensar que aquí cada libro revive”, cuentan, “como si Zafón nos hubiera prestado un pedacito de su magia”.

Lectores almerienses: más activos de lo que se cree

Antonio y Óscar coinciden en que en Almería se lee más de lo que parece. “Hay inquietud, hay curiosidad y hay amor por el libro”. Las redes sociales, dicen, han ayudado a mantener un contacto directo con los lectores y a mostrar las novedades diarias de la tienda.

En cuanto a los géneros más buscados, la novela contemporánea, la novela negra, la fantasía, la poesía y los clásicos siguen en cabeza. Pero también sorprende la demanda de libros de esoterismo, espiritualidad y novela histórica.

La “segunda vida” de un libro

Uno de los encantos del local es esa dimensión emocional de los libros usados: dobleces que hablan, notas al margen, fechas en la primera página. Huellas de vida. Los responsables de la librería lo resumen así: “Cada libro llega con un pasado y se marcha con la promesa de un futuro”. Para muchos lectores, esa conexión invisible es precisamente el atractivo del lugar.

El futuro: crecer hacia dentro

El objetivo de Cementerio de Libros Olvidados no es expandirse, sino consolidarse como un punto de encuentro cultural. Ya han empezado a incorporar pequeños objetos artesanales relacionados con la lectura —separadores, protectores, piezas únicas hechas a mano— y sueñan con organizar clubes de lectura y actividades que conviertan la tienda en una comunidad viva.

Una invitación al paseo y al descubrimiento

A quienes aún no han cruzado la puerta, Antonio y Óscar lanzan un mensaje sencillo: “Que vengan sin prisa”. Que entren como quien se asoma a un lugar lleno de historias dormidas, a una librería que es, dicen, de los vecinos, de los lectores que creen en las segundas oportunidades de los libros.

La puerta está siempre abierta. Y quizá —solo quizá— ese libro que lleva tiempo buscándolos espera silencioso en una de sus baldas, bajo la suave luz del centro de Almería.