La Voz de Almeria

Almería

Hasta un mes de espera en Almería para reparar o instalar el aire en plena ola de calor

Las empresas de climatización no dan abasto en verano debido a la escasa o nula previsión que demuestran los clientes

Un almeriense instala un aparato de aire acondicionado a las afueras de un edificio.

Un almeriense instala un aparato de aire acondicionado a las afueras de un edificio.La Voz

Elena Ortuño
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Desesperación, urgencias de última hora, llamadas sin descanso... y, por encima de todo, calor. Mucho calor. Así transcurre el verano para quienes instalan y reparan aires acondicionados en Almería, profesionales que, en plena ola de calor, se convierten en auténticos salvavidas: "He llegado a tener 31 llamadas en un solo domingo. Y no puedes decir que no, porque la gente lo está pasando mal", confiesa Javier Aguilar, instalador autónomo que vivir estos meses estivales pegado al teléfono. 

¿La razón? Poca previsión

Mientras que el invierno es duro para los climatizadores -apenas tienen trabajo-, el verano se convierte en un 'sálvese quien pueda'. Pablo González, trabajador de Frioclima Indalo, señala que el problema reside, especialmente, en la escasa previsión de los usuarios: "Hasta que no empieza a apretar el calor, la gente no recuerda que tiene aire acondicionado pendiente de mantenimiento o de instalar". 

Un trabajador instala un equipo de aire acondicionado en Almería.

Un trabajador instala un equipo de aire acondicionado en Almería.La Voz

Así, a la vez que las olas de calor, también llegan las avalanchas de peticiones: "Este año junio fue terrible. Los termómetros marcaban casi 40 grados y tuve que atender alrededor de 45 averías acumuladas en 30 días, además de 2 o 3 instalaciones diarias", recuerda con cierta resignación Aguilar, para cuyos servicios hay, ya desde mayo, una cola de espera de un mes de duración. 

Tanto es así que se ha visto obligado, incluso, a rechazar servicios: "Hace poco uno quería montar cinco máquinas de aire para la semana siguiente y tuve que decirle que hasta septiembre no podía", reconoce el climatizador, quien recomendó al cliente otro compañero de profesión. Y es que si bien todos los instaladores sienten ese aumento de trabajo en la temporada estival, no todos están tan hasta arriba como Aguilar, quien juega bajo las reglas de los autónomos.

Desde Frioclima Indalo, por ejemplo, disfrutan de un ritmo menos acelerado, no por ello relajado. Desde la empresa, atienden entre cinco y diez llamadas diarias, equilibradas entre instalaciones y reparaciones. Sí reconocen que, a veces, se afanan todos los días de la semana, sin descanso. Y aún así, "hay quien te encuentra en el supermercado un día a las siete de la tarde y te mira como si no hubieses trabajado en toda la jornada", lamenta Javier, quien añade que, a veces, ni siquiera tiene tiempo de hacer la compra.

Un hombre trabaja en su taller de climatización.

Un hombre trabaja en su taller de climatización.La Voz

Para ambos, la fecha de instalación es "sagrada": "Siempre cumplimos, pero si se complica la tarde con una avería, el retraso se encadena. No hay sombras ni horarios, y eso los clientes no lo tienen en cuenta".

A pesar de sus quejas, Aguilar intenta no decir nunca que no, especialmente si se trata de personas mayores o de niños: “Priorizo siempre aquellos trabajos de los que depende la salud de la gente. Al final este oficio trata de eso: de ayudar a las personas”, concluye con un tono cálido en la voz.

Un buen mantenimiento: clave para el éxito

Los profesionales destacan que las averías más comunes en los aires acondicionados no se deben al uso intensivo, sino a la falta de mantenimiento. "Es como tener un coche parado seis meses. Cuando lo arrancas, no sabes qué te vas a encontrar", explica González. A eso se suman fallos eléctricos provocados por picos de tensión o instalaciones defectuosas. 

Javier Aguilar, por su parte, alerta de que los equipos nuevos pueden fallar incluso más, especialmente cerca del mar: "El salitre y la electrónica no se llevan bien. Los aparatos antiguos, aunque gastan más, eran más resistentes". 

Ambos coinciden en la importancia del mantenimiento preventivo. Limpiar los filtros, revisar los radiadores y controlar la presión son tareas clave para alargar la vida útil del aparato: "Una parte la puede hacer el usuario, pero lo ideal es pasar una 'ITV' al menos dos veces al año", recomienda Pablo. Y lo resume con una frase que debería estar colgada en cada salón almeriense: "Si se hace bien el mantenimiento, el equipo rinde al máximo y se evitan averías". 

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