“Líderes empresariales y representantes de la sociedad civil instan a acelerar las obras del Corredor Mediterráneo desde Pulpí”.

Este fue el titular que resumía la nota de prensa del acto reivindicativo desarrollado por el movimiento QuieroCorredor en esa localidad del Levante almeriense. Corría la primera quincena del mes de octubre de 2024. Por aquel entonces, todos miraban hacia Lorca y el soterramiento de las vías del tren en el municipio murciano como la obra que va a determinar la circulación de trenes AVE entre la Región de Murcia y la Estación Intermodal de Almería.

Lo que nadie se imaginaba por aquel entonces que el escollo no solo iba a ser la integración ferroviaria en el núcleo urbano de Lorca, sino también el desarrollo de las obras de la plataforma de Alta Velocidad desde ese enclave murciano hasta la localidad almeriense de Pulpí.

Varios colectivos lorquinos han mostrado en las últimas semanas su disconformidad con las obras de ese tramo hasta el punto que el alcalde, Fulgencio Gil (Partido Popular) se trasladó la semana pasada a la sede del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) para trasladar las inquietudes ciudadanas.

La principal reivindicación es que el tramo Lorca-Pulpí se modifique y se incorpore un viaducto en una rambla.

“La movilización vecinal e institucional logra que ADIF se replantee su postura inicial. El acuerdo con el Ayuntamiento contempla que el Administrador analizará de nuevo el proyecto a lo largo del verano y presentará una propuesta concreta en septiembre”, ha trasladado el Consistorio lorquino en un comunicado oficial.

El alcalde de Lorca, Fulgencio Gil, encabezó la delegación institucional del Ayuntamiento que participó la semana pasada en esa reunión de trabajo y puesta en común con el presidente de Adif, Luis Pedro Marco de la Peña.

Fuentes municipales han informado que el principal asunto planteado por el primer edil fue la reivindicación conjunta del Consistorio y los vecinos de las pedanías de Campillo y Torrecilla “para que el gobierno central implemente infraestructuras y medidas consensuadas que salven la rambla de Torrecilla cubriendo la totalidad de su anchura, de modo que el muro del trazado ferroviario planteado, que actualmente se encuentra en ejecución, no se convierta en un obstáculo en caso de precipitaciones”.

“Consideramos que aún estamos a tiempo de evitar que cometan un error cuyas consecuencias que podríamos estar lamentando muchos años”, mantiene Gil, mientras que el presidente de Adif, Luis Pedro Marco de la Peña, avanzó que estudiarán cambios “siempre que se garantice la viabilidad técnica y económica del proyecto”.