Lo que pasó en las oposiciones de la especialidad de Música en Almería ha dejado a muchos opositores con la sensación de que no todos jugaron con las mismas reglas. Mientras la gran mayoría se examinaba el 21 de junio en el Aulario IV de la Universidad de Almería, una aspirante realizó el examen escrito 11 días más tarde, sin testigos, sin estar presente en el llamamiento oficial y en condiciones muy distintas al resto. Todo ello sin que el tribunal informara ni justificara públicamente esta excepción.

Un inicio normal... hasta que una opositora se marchó

El 21 de junio a las 8:00 de la mañana, el Tribunal número 3 de la especialidad de Música citó a los aspirantes a la primera prueba. Solo faltaron dos de los 67 convocados. Sin embargo, justo después del acto de presentación y antes de que pasara la media hora legal para abandonar el aula, una de las opositoras salió. Lo hizo, según se supo, amparada por una exención concedida por la Delegación de Educación que le permitía no examinarse en sábado por motivos religiosos.

Hasta ese momento, nadie protestó. Aunque, como apuntan varios opositores, a otra compañera en silla de ruedas tras un accidente no se le permitió ninguna adaptación especial, lo que ya generó cierta sensación de desigualdad.

El 2 de julio, la sorpresa

La sorpresa llegó el día 2 de julio, jornada en la que se realizó la segunda parte de la prueba, que solo se realiza en esta especialidad: la parte práctica. Las citaciones para ese día fueron caóticas: algunos tribunales salieron a las 7 de la mañana, otros a las 8, y en Sevilla a las 9. Después, a última hora de la tarde anterior, se modificaron todos los horarios, dejando menos de 48 horas para reorganizarse.

Durante el llamamiento de ese día, el tribunal fue leyendo nombres hasta uno concreto y luego paró la lista, y nombraron a los siguientes convocados. Cabe destacar que según la normativa, no presentarse al llamamiento supone la exclusión directa del proceso.

En medio de esa confusión, los opositores se enteraron de que la misma aspirante que no se examinó el día 21 estaba dentro de la sede realizando la prueba escrita, con 11 días de retraso. Lo hizo sola en un aula, con un único miembro del tribunal, que además se iba turnando para asistir a otras partes del examen de sus compañeros.

Sin testigos ni garantías

Según las bases de la convocatoria, durante la realización del examen escrito deben estar presentes testigos en el momento de la extracción de las bolas del sorteo del tema, y se debe garantizar la igualdad en las condiciones del examen. Ninguno de estos requisitos se cumplió en este caso, denuncian los opositores.

Además, al estar realizando su examen escrito, la aspirante no asistió al llamamiento de las pruebas prácticas, lo que también debería haber supuesto su exclusión del proceso, según la base 7.5 de la convocatoria, que establece claramente que no acudir a un llamamiento colectivo implica la eliminación inmediata del procedimiento. Pese a todo esto, la aspirante completó su examen, realizó la parte práctica y ha resultado finalmente aprobada.

Indignación y falta de respuesta del tribunal

Mientras tanto, otros muchos aspirantes han sido invalidados por faltas de ortografía, o han visto cómo sus notas bajaban drásticamente por errores mínimos. Pero lo que más ha dolido es la sensación de trato desigual.

“No puede ser que seamos tan estrictos con unas cosas y tan laxos con otras”, aseguran varios opositores, que han firmado un escrito conjunto pidiendo explicaciones y solicitando que se revisen las condiciones en las que se permitió ese examen fuera de plazo.

El colmo, dicen, llegó el 4 de julio, cuando fueron a presentar alegaciones. El tribunal, según cuentan, les dijo que no iban a tenerlas en cuenta, que no iban a darles curso, y que cerraban el plazo antes de hora. A las 11:30h ya se había publicado la lista definitiva de seleccionados, cuando el plazo de alegaciones no se cerraba hasta las 14:00h, lo que vulnera otra de las normas recogidas en la propia convocatoria.

Piden una revisión justa del proceso

Los opositores insisten en que no quieren que se anule el examen de nadie porque sí, ni atacar a ninguna persona en concreto, sino que se revise el procedimiento y se asegure que todos han tenido las mismas oportunidades, sin ventajas ni excepciones ocultas.

“Si alguien no se presenta al llamamiento, queda fuera. Si alguien hace el examen once días más tarde, sin testigos ni sorteo público, no debería valer. Y si no es así, que lo expliquen claramente y con base legal. Solo pedimos eso: igualdad real”, concluyen.