La Voz de Almeria

Almería

Desde una moneda del siglo XV a unos prismáticos usados por Franco: los tesoros de los anticuarios de Almería

Las tiendas de antigüedades que sobreviven en la capital esconden variopintos artículos

El anticuario Serafín Gutiérrez, de Antique, junto a un armonio (una especie de piano) de Boston de la época del viejo oeste americano.

El anticuario Serafín Gutiérrez, de Antique, junto a un armonio (una especie de piano) de Boston de la época del viejo oeste americano.Francisco G. Luque

Francisco Luque Ramírez
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Lo ‘vintage’ está de moda. En los últimos años los comercios de segunda mano no han dejado de ganar adeptos y cada vez son más los que abren en las ciudades. Darle una segunda vida a las prendas también vive un ‘boom’ en Almería desde hace una década. Sin embargo, hay otros negocios que venden todo tipo de objetos de épocas pasadas que, por contra, no tienen esa suerte y sobreviven cómo pueden a pesar de contar en sus escaparates con piezas únicas e históricas: las tiendas de antigüedades.

En la ciudad almeriense, exceptuando a las nuevas generaciones, muchos ciudadanos y ciudadanas recuerdan la mítica Caoba, en el Paseo de Almería, o la de Diego de Haro, en Navarro Rodrigo, negocios ya desaparecidos de un sector que actualmente está representado en la capital por Antigüedades Hispania, Los Millares y Antique.

Desde la época de los Reyes Católicos

En un pequeño local de calle Las Tiendas se encuentra Hispania. Este negocio se dedica a la compra-venta de monedas, billetes y sellos, tanto de España como de otros países. Tras su estrecho mostrador recibe a los clientes Juan Carlos Costa, un argentino que junto a su mujer María del Carmen Zaguirre (ya jubilada) abrieron las puertas de esta tienda en el año 1997.

Juan Carlos Costa, de Antigüedades Hispania, en calle Las Tiendas.

Juan Carlos Costa, de Antigüedades Hispania, en calle Las Tiendas.Francisco G. Luque

Por sus vitrinas han pasado auténticas joyas, desde monedas del Califato de Córdoba, pasando por la época de los Reyes Católicos, hasta otras más contemporáneas pero igualmente curiosas y de gran valor por diferentes motivos. Hay para todo tipo de gustos y precios, se venden piezas desde 1 euro hasta los 1.000 euros.

“No nos podemos quejar. El coleccionista, al que le gusta esto de verdad, es un cliente fiel. Es algo muy particular, te tiene que gustar la historia”, afirma Juan Carlos, que detalla que lo que más suele vender son sellos. Eso sí, tras casi treinta años con este negocio, asegura que uno de los principales problemas a los que se enfrentan en su sector es a la falsificación: “Ahora, con la tecnología que hay, la falsificación es un gran problema. A veces llega gente con piezas que piensan que tienen un gran valor y no saben que son imitaciones”.

Antigüedades Hispania, en calle Las Tiendas.

Antigüedades Hispania, en calle Las Tiendas.Francisco G. Luque

Casas señoriales

Bajando por calle Real, justo en la esquina con calle Arco, se ubica desde octubre de 2024 la tienda Antigüedades Los Millares, en un privilegiado espacio, de imponente estilo señorial, cuya construcción data del año 1900. En su interior se pueden encontrar muñecas de porcelana, relojes, juegos de té, candelabros, ajuar doméstico, mantelería de encaje de Brujas de más de 60 años y bello mobiliario como una vitrina Luis XVI, de más de un siglo de antigüedad.

El edificio de Antigüedades Los Millares data del año 1900.

El edificio de Antigüedades Los Millares data del año 1900.Francisco G. Luque

“El 99 por ciento de las piezas que tenemos es de casas que nos llaman, de herededos. Suelen ser casas de poderío”, comenta Encarna Rodulfo que tiene en este negocio todo tipo de artículos, muchos de ellos con más de cien años de historia, que van desde los 5 euros hasta los 10.000 euros en los que está valorado un cuadro de su colección personal: “Lo tenemos aquí por si alguien pregunta y le interesa”.

Antigüedades Los Millares, en calle Real.

Antigüedades Los Millares, en calle Real.Francisco G. Luque

Recibe a clientela de todo tipo, desde curiosos que pasan y se sienten atraídos por los objetos de sus escaparates hasta personas que buscan algo específico que solamente se puede encontrar en este tipo de tiendas: “Llegó una persona buscando candelabros para regalárselos a un cura”.

La propietaria se mantiene en el negocio por su “pasión” por este tipo de piezas antiguas, aunque es muy consciente de que dichos artículos, actualmente, “ya son caprichos”.

Colección de muñecas de porcelana.

Colección de muñecas de porcelana.Francisco G. Luque

Por vocación

Antique es otra de las tiendas de la ciudad en la que encontrar todo tipo de tesoros históricos. Regentada en calle Granada por Serafín Gutiérrez desde 2013, vende desde gramolas, militaria, libros del siglo IXX y perfumes de los años 50 hasta un armonio (una especie de piano) de Boston de la época del viejo oeste americano.

Una gramola en la tienda Antique.

Una gramola en la tienda Antique.Francisco G. Luque

“Al que le gusta es ya muy mayor y tiene de todo en casa. Ahora los más jóvenes tienen casas más modernas, estilo Ikea. En Estados Unidos, con casas de madera, es otra historia”, afirma este experto anticuario que también restaura muebles y santos.

En su comercio ha tenido un escudo de armas de la época de los Reyes Católicos y ahora una de sus piezas más curiosas son unos prismáticos con trípode que pertenecieron al general Andrés Saliquet y que llegaron a ser usados por Francisco Franco durante la Guerra Civil. “Este general se casó con una almeriense, de Fiñana, y hace un tiempo nos llamaron y fuimos a la casa en la que vivieron allí para ver todo lo que había”, recuerda Serafín, que sigue en este sector por vocación pero sobrevive “porque no pago alquiler y es mío el local”.

Fachada de la tienda Antique.

Fachada de la tienda Antique.Francisco G. Luque

Desconocimiento del valor de los artículos

En Almería no hay mucha cultura de antigüedades. Normalmente no se valora. También nos cuesta mucho trabajo comprar las artículos porque cuando negocias con casas y familias muchas veces se piensan que esos artículos son más caros y te lo ofrecen a un alto precio y yo luego, evidentemente, lo tengo que vender barato”, asegura el anticuario Serafín Gutiérrez.

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