El Puerto y el Paseo de Almería
“Se vislumbra algo de esperanza en los planes del Puerto de Almería”

Hace unos años escribí un artículo sobre el frente litoral de Almería ante lo que consideraba un agravio comparativo con otras ciudades del litoral mediterráneo. Decía entonces que Almería padecía un atraso en el proyecto puerto ciudad, que era preocupante en comparación con otras ciudades como Málaga, Alicante o Cartagena, por citar las más próximas. De esto hace ahora siete años.
Desgraciadamente las gestiones en esos años no han dado mucho fruto, aunque se vislumbra algo de esperanza en los planes del Puerto de Almería con su nueva presidenta. La duda es si este proyecto va a ser ambicioso o se va a limitar a ceder un muelle y parte de otro para contentar a la ciudadanía, que anhela tener un puerto integrado con la ciudad y no un mero embarcadero para ir a África los meses en que los emigrantes pasan cada año. Almería en el esplendor de su uva tuvo líneas de barco directas con Nueva York y con Liverpool, en los años veinte del pasado siglo, por lo que no debería contentarse con menos y se podrían cambiar aquellos barcos uveros por los nuevos cruceros de placer, tan denostados en otras ciudades.
Tampoco se comprende el abandono del frente litoral desde San Miguel al Club de Mar, una de las mejores zonas para construir algo que podría identificar a Almería como una ciudad singular, que vuelve a mirar al mar. Se trataría de pasarelas para acceso a un puerto deportivo, instalación de zona de ocio a pie del mar, construcción de un museo del ferrocarril minero reclamando las primeras máquinas de tracción eléctrica de España, etc.
El año pasado con motivo de la llegada de un buque escuela al puerto, anunciado en los medios de comunicación por ser el más antiguo del mundo, acudimos varios almerienses a su encuentro y cual fue nuestra sorpresa que estaba vallado todo el muelle en que se atracó dicho buque escuela de la marina francesa. Las fotografías son elocuentes.
Almería no puede perder ni un minuto más en desarrollar su proyecto de puerto ciudad y en unir la ciudad con este espacio que nunca debió ser vallado sino trasladadas sus actividades industriales a otras zonas.
Concibo el eje formado por el paseo de Almería, el parque y el puerto como un todo en el entramado urbano, aderezado con nuestro casco histórico y con nuestros monumentos. Cualquier ciudadano debería poder desembarcar en nuestro puerto y deambular por el parque, para después subir a través del paseo hasta nuestra puerta de Purchena y la Alcazaba; y luego volver por la Rambla hasta el embarcadero inglés y el puerto. El paseo peatonal ayudará a esa sensación de ciudad moderna del mediterráneo, con animados locales de ocio y comercio. No hay que temer a la peatonalización en un tiempo de arrinconamiento del coche en pro de los servicios públicos y la vida social sin ruidos.
Otras ciudades europeas han realizado ese cambio hace años, como Burdeos o Munich, y las españolas como Málaga o Cádiz, por entender que esta transformación suponía un avance y una mejora de la vida de la ciudad. Es una apuesta atrevida, pero debe ser asumida como necesaria y acorde a los tiempos que vivimos, complementada con unos buenos servicios públicos de transporte que funcionen correctamente y con puntualidad. El tiempo espero que nos de la razón, incluso a los dueños de los locales cerrados desde hace años.