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Almería

Animales, ‘rabicos’ y risas: la subasta más divertida de Almería es San Antón

El barrio del Casco Histórico vuelve a vivir sus fiestas grandes de San Antón

Los pujadores buscaban quedarse con los ansiados rabicos.

Los pujadores buscaban quedarse con los ansiados rabicos.La Voz

Víctor Navarro
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¡¿Quién da más?! Así arrancó una de las subastas más esperadas del año en Almería, la de los 'rabicos' de San Antón, donde la Asociación de Vecinos del Casco Histórico volvió a organizar una jornada que combinó tradición, humor y solidaridad. El público, al principio algo tímido, fue poco a poco calentándose, y las pujas comenzaron a multiplicarse. Los codiciados 'rabicos' de cerdo, roscones de reyes y magdalenas bendecidas por el santo se convirtieron en el centro de atención.

Víctor Navarro, subastador debutante y periodista de La Voz de Almería, tomó el relevo de su compañero Alfredo Casas con algun que otro miedo y sin complejo alguno. “¡Empezamos con los 'rabicos' por cinco euros, ¿quién da más?!”, gritaba mientras mostraba el género a los compradores, con chascarrillos y bromas. Al principio, la gente se mantenía cautelosa, pero pronto los ánimos se desbordaron, y los pujas se sucedieron entre risas y bromas. Las subastas se convirtieron en una auténtica competición. Un vecino, que pujaba por un roscón de reyes insistentemente (¡a la baja!), no lograba hacerse con su objetivo, pues cada vez que ofrecía su cantidad, alguien más pisaba su oferta. Tras varias intentos fallidos, y con gran deportividad, acabó diciendo: “Me voy a tomar el café a palo seco”, lo que provocó las carcajadas de los presentes. Su buen humor, lejos de amilanarlo, hizo que la jornada fuera aún más memorable.

La subasta, además de ser una fuente de diversión, tiene un fin solidario. Las ganancias se destinarán a causas benéficas, con especial atención a la Parroquia de San Antón y a la ayuda de los más necesitados del barrio. Al final de la jornada, no solo el buen humor, sino también la solidaridad, fue la verdadera ganadora.

Misa y procesión para abrir boca

El Centro Histórico vivió un 2025 más de tradición y comunidad, con la subasta como eje de la diversión y la procesión como el toque solemne que marcó el cierre de estas fiestas. A las 11:00 de la mañana, la jornada comenzó con la solemne misa en honor a San Antón en la Iglesia de San Juan Evangelista, antes de dar paso a la procesión. Como cada año, la comitiva procesional recorrió las principales calles del Casco Histórico, pasando por General Luque, Plaza Pavía y Reducto, mientras los vecinos y visitantes seguían al santo, que marchaba acompañado de un nutrido grupo de mascotas. San Antón fue escoltado por un centenar de almerienses, algunos con perros, otros con gatos, y hasta algún que otro pollo, que no dudaron en formar parte de la festividad.

La procesión, que desbordó colorido y devoción, fue acompañada por la Agrupación Musical San Indalecio de La Cañada y el grupo folclórico Alcazaba, quienes pusieron música a los pasos del santo, mientras los asistentes disfrutaban del solemne recorrido. Entre los presentes, no faltaron autoridades políticas, militares y judiciales, como la alcaldesa María del Mar Vázquez, el General de Brigada José Agustín Carreras de la Legión, y el presidente de la Audiencia Provincial de Almería, Luis Miguel Columna, quien fue el pregonero de este año.

Las mascotas listas para ser bendecidas

Aunque la procesión estuvo marcada por la solemnidad, no dejó de lado el toque costumbrista que caracteriza las fiestas del patrón de los animales. Los vecinos, con rosquillos de pan al cuello y en las mascotas, marcharon con orgullo por las calles del Casco Histórico, haciendo de esta festividad una verdadera fiesta del pueblo.

El momento más entrañable de la jornada llegó cuando el diácono diocesano, Jesús Ginés García Aiz, bendijo a los animales con agua bendita. Los perros, gatos, e incluso los pollos, se acercaron al santo para recibir la bendición, convirtiendo el acto religioso en un desfile de mascotas, una de las imágenes más entrañables y simpáticas de la festividad.

Las fiestas de San Antón, vuelven a juntar decenas de personas en las calles, no sólo los residentes en el barrio del Casco Histórico, y al rededores, sino también a visitantes llegados de otros puntos de Almería como La Cañada, el barrio de San Luís o El Zapillo, que acudían por primera vez a disfrutar de esta festividad de devoción, alegría, solidaridad y el buen humor.

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