Luto en la comunidad de La Salle: fallece el profesor Federico Espinosa
La misa en su recuerdo será este viernes a las 11 horas en el tanatorio Sol de Portocarrero

Federico Espinosa Álvarez, profesor de La Salle.
Federico Espinosa Álvarez, profesor en el colegio La Salle Virgen del Mar de Almería entre 1990 y 2015, falleció este miércoles 15 de febrero a los 72 años de edad. Este viernes a las 11 horas se celebrará una misa por el descanso de su alma en la capilla del tanatorio Sol de Portocarrero de la capital.
A lo largo de su trayectoria en el colegio, Federico Espinosa impartió distintas asignaturas de Ciencias al alumnado de cursos superiores: Química, Matemáticas, Tecnología,... Pero más allá de su valía como docente era un buen tipo, una persona cercana, sencilla y humilde entregada a su labor en las aulas, como subrayan quienes lo conocieron.
"Fue, ante todo, un buen hombre, muy querido tanto por los alumnos como sus compañeros. Y una vez que se jubiló no perdió el contacto con el colegio: venía a menudo por aquí, donde sabía que era muy apreciado", recuerda Narciso Arozamena, profesor de La Salle y compañero del departamento de Ciencias.
Una imagen, la de una persona de una calidad humana excepcional, que también han destacado antiguos alumnos lasalianos a través del perfil en Facebook de este colectivo.
Valía y profesionalidad
"Demostró su valía, profesionalidad y cariño a La Salle en su faceta de profesor, tutor, catequista e incluso monitor de ajedrez", señala Francisco Villar, Quico, quien desembarcó en el colegio junto a él, "con gran ilusión", en septiembre de 1990.
Desde entonces, Quico y él no solo compartieron asignaturas "con sana competencia" sino "buenos y malos momentos, alegrías y tristezas, luces y sombras", creando así una "una red de recuerdos alrededor de La Salle" que les marcó para siempre, como le manifestó en un acto con motivo de su jubilación veinticinco años después.
A pesar de su retirada de la enseñanza en 2015, Federico Espinosa seguía frecuentando los pasillos del colegio para compartir un café o una cerveza con los que fueron sus compañeros o para saludar a sus antiguos alumnos. De hecho, en octubre del pasado año se reencontró con muchos de ellos en el acto que reunió a la promoción de 1994/95.
"Vivo y dejo vivir a los demás" podía leerse en su biografía en redes sociales a modo de brújula personal. También allí daba fe de sus otras pasiones fuera de las aulas: el ajedrez (era un habitual del Círculo Mercantil), el fútbol (seguía con pasión a la UD Almería) y los viajes, que realizaba siempre que podía junto a su mujer, María Cañabate Galera.
Hasta siempre, profesor.