"¿Qué os digo? No me apetece buscar culpables, ni hacer un vídeo de estos muy locos". Así arranca el discurso de Juanmi Suárez, un agricultor de 30 años afincado en la provincia de Almería y con más de 35.500 seguidores en las redes sociales. En concreto, en Adra, uno de los municipios agrícolas por excelencia en el Poniente Almeriense. 

"Esta es la verdadera agricultura"

Lo cierto es que su discurso ya se ha hecho viral. Pero, ¿cuál es el motivo de su descontento? En el video, con un sentimiento de orgullo y resignación a la vez, denuncia o visibiliza la dificultad de los agricultores frente a los bajos precios de sus productos hortofrutícola. En este caso, pepino "a cuarenta céntimos el kilo, una triste realidad que no sirve ni para cubrir costes". 

Si bien es cierto que se apela a la calidad del trabajo agrícola, también se hace referencia directa a la injusticia del mercado, lo que puede inspirar debate sobre nuevas formas de comercialización (venta directa o plataformas de comercio justo). A este respecto, algunos usuarios proponen soluciones ante el hartazgo hacia las cadenas de producción: "¿Por qué no vendéis online? Los supermercados exprimen al productor...". 

El transporte almeriense de hortalizas, en alerta 

Nacido en primavera en un canal confidencial de Telegram, el movimiento "Bloqueémoslo todo" ("Bloquons tout") se inició por parte de un pequeño grupo de asociaciones del norte de Francia, "Les Essentiels", que inicialmente llamaron al "autoconfinamiento generalizado": no trabajar, no consumir, quedarse en casa para "paralizar el país". 

A medida que avanzaba el verano, los llamamientos cobraron fuerza en Facebook, X, TikTok y otras redes. El objetivo se amplió para incluir huelgas generales, manifestaciones y bloqueos de lugares estratégicos. Sin embargo, el ministro del Interior francés, Bruno Retailleau, ha pedido a los prefectos que impidan "cualquier intento de bloqueo de infraestructuras esenciales para la vida de la nación, que deben ser desbloqueadas sistemáticamente lo antes posible". 

Según una nota de la inteligencia territorial consultada por Le Parisien, las protestas podrían adoptar la forma de "bloqueos y ocupaciones de locales, más que de manifestaciones tradicionales en la vía pública, poco populares entre los manifestantes". Los objetivos potenciales incluyen estaciones, puertos, aeropuertos, carreteras principales, centrales eléctricas, depósitos de petróleo, plataformas logísticas y centros de abastecimiento estratégicos, como el mercado de interés nacional de Rungis.